Presidentes de Asociaciones Profesionales Sanitarias, Presidentes de Sociedades Científicas, Profesores de Universidad, Jefes de Servicio de hospital, atención Primaria y Salud Pública, manifiestan:
• Que el consumo de tabaco ocasiona cada año en España al menos 69. 000 muertes prematuras y más de 1, 7 millones de años de vida perdidos anualmente , además de miles de nuevos enfermos crónicos, causando mucho sufrimiento y gran gasto a la sanidad pública. Las medidas legislativas han
tenido un papel relevante para que el consumo de cigarrillos se haya reducido a la mitad en la última década.
• En los últimos años la industria del tabaco ha ampliado y reorientado su negocio con la promoción de productos de tabaco calentado (como IQOS, Glo …) y de cigarrillos electrónicos (como Blu, Logic, JUUL, IQOS MESH…). Estos nuevos productos se están promocionando agresivamente en jóvenes
para que la industria compense su cuenta de resultados tras la caída de ventas de cigarrillos, usando estrategias de marketing a través de, entre otros, redes sociales y eventos multitudinarios para jóvenes, contratando para ello a influencers con miles de seguidores, con estrategias inusitadas de
relaciones públicas.
• La industria de estos nuevos productos distorsiona la evidencia científica mediante la utilización sesgada y unilateral del término de “reducción de daños”, concepto originario de la salud pública. Presentan sus productos como estrategia individual para reducir el daño, incluso para dejar de fumar,
sin una gran evidencia científica o empírica de ello y sin tener en cuenta las implicaciones para la salud de la población general que esto conlleva. Ofrecen sus nuevos productos como la solución a un problema que ellos mismo han creado y siguen manteniendo. Algunas empresas han sido
condenadas por la justicia por promocionar sus productos de tabaco calentado ilegalmente.
• La industria oculta que entre el 60-90% de usuarios siguen consumiendo de forma dual los cigarrillos, por lo que la adicción y el riesgo real no se reduce ni sustancial ni significativamente. No es la primera vez que la industria del tabaco, de la adicción nicotínica, intenta promocionar sus nuevos productos
como más saludables (cigarrillos con filtro, tabaco light o bajo en nicotina, cigarrillos premier, …). Aparte de reorientar sus nichos de mercado, es evidente que buscan eludir –o, al menos, posponer– una regulación más estricta de sus nuevos productos: lo que realmente les preocupa es la eficacia desnormalizadora de las estrategias de control de tabaco.
• Seamos claros, la industria tabaquera sigue siendo parte del problema de la epidemia del tabaco, de la adicción nicotínica: no hay viso alguno de que sean parte de la solución del mismo. La evidencia muestra que el control de esta epidemia no se basará en los nuevos productos de las tabaqueras, sino en incrementos de fiscalidad, empaquetado neutro, prohibición absoluta de mostrar el producto en el punto de venta y su publicidad en dicho punto de venta, más espacios sin humo ni vapeo e incremento de la ayuda sanitaria efectiva a los fumadores, tal y como recoge la Declaración de Madrid de 2018, declaración que resalta los puntos más relevantes del Convenio Marco sobre el Control del tabaco de la OMS, Convenio suscrito por nuestro país.