En la presente investigación se buscó identificar las conductas y actitudes vinculadas al acoso en las escuelas con ayuda de las experiencias compartidas con niños de educación primaria desde tres puntos de vista: el acosador, la víctima y el observador. Esta investigación se basa en un tipo de estudio cualitativo de corte exploratorio. La técnica utilizada fue el grupo focal, con 6 entrevistas grupales, siendo sus participantes 43 niños de primaria. Dicha técnica se aplicó para cada rol del acoso escolar, es decir: se armó un grupo de niños agresores, tres de victimas y uno de observadores, esto con el fin de analizar sus puntos de vista.
Los resultados fueron sobresalientes en el caso de los agresores, niños dominantes y grandes de tamaño, quienes tienen un pensamiento inocente ?por así mencionarlo- de no tener idea que están ejerciendo daño, y los que sabían que hacían daño con sus conductas referían que merecían eso por el hecho de parárseles enfrente. El grupo de las víctimas son pasivos, y quienes compartían sus experiencias pero nunca hicieron algo para evitar el daño que les hacían, refiriendo que creen merecerlo por ser diferentes o también por sus condiciones físicas. Los observadores mencionan que han buscado ayuda de los profesores en el momento de los altercados, sin embargo, ellos terminan perdiendo puesto que los profesores los tachan de chismosos y provocadores de conflictos. En un resultado alármate también se encontró que los profesores incrementan estas actitudes al colocarles apodos, hacerles burla e inclusive golpearlos.
ACOSO ESCOLAR EN LA VOZ DE LOS NIÑOS
Lic. Marcela Elizabeth, Macías Becerril (1)
Facultad de Ciencias de la Conducta
Universidad Autónoma del Estado de México (Uaemex)
Dra. Alejandra, Moysén Chimal (2)
Facultad de Ciencias de la Conducta
Universidad Autónoma del Estado de México (Uaemex)
Dra. Patricia, Balcázar Nava (3)
Facultad de Ciencias de la Conducta
Universidad Autónoma del Estado de México (Uaemex)
Bolivia # 300 Colonia Américas. C. P. 50130, Toluca, Estado de México.
E-mail: elizabethpadme@hotmail. com
Teléfono: 0052 (722) 2 12 37 09
R E S U M E N
En la presente investigación se buscó identificar las conductas y actitudes vinculadas al acoso en las escuelas con ayuda de las experiencias compartidas con niños de educación primaria desde tres puntos de vista: el acosador, la víctima y el observador.
Esta investigación se basa en un tipo de estudio cualitativo de corte exploratorio. La técnica utilizada fue el grupo focal, con 6 entrevistas grupales, siendo sus participantes 43 niños de primaria. Dicha técnica se aplicó para cada rol del acoso escolar, es decir: se armó un grupo de niños agresores, tres de victimas y uno de observadores, esto con el fin de analizar sus puntos de vista.
Los resultados fueron sobresalientes en el caso de los agresores, niños dominantes y grandes de tamaño, quienes tienen un pensamiento inocente –por así mencionarlo- de no tener idea que están ejerciendo daño, y los que sabían que hacían daño con sus conductas referían que merecían eso por el hecho de parárseles enfrente.
El grupo de las víctimas son pasivos, y quienes compartían sus experiencias pero nunca hicieron algo para evitar el daño que les hacían, refiriendo que creen merecerlo por ser diferentes o también por sus condiciones físicas.
Los observadores mencionan que han buscado ayuda de los profesores en el momento de los altercados, sin embargo, ellos terminan perdiendo puesto que los profesores los tachan de chismosos y provocadores de conflictos.
En un resultado alármate también se encontró que los profesores incrementan estas actitudes al colocarles apodos, hacerles burla e inclusive golpearlos.
Palabras Clave: Acoso Escolar, actores, acciones y actitudes de acoso.
A B S T R A C T
The point of the present research is to find what attitudes and behaviors are linked to the bullying, these results were helped with the shared experiences of Elementary School students in the perspective of stalker, victim and watcher.
The research method is qualitative and explorer. The focus group is our technique with six groupal interviews being 43 kids. It was one group of stalkers, three of victims and one of watchers.
The meaningful results were with the stalkers, who have no idea what´s wrong with the bad attitude of them. They said the victims deserve the hits and the bad talk because they cross his way, and they are too good boys and the stalkers hate that.
In the victims group, they were passive and small sizes –in comparison of stalkers-. They never took actions when something happened at school. Some of the interview boys said that they deserve the bad treatment because the bad or ugly physical.
In the case of the watchers, they always look for help when something is wrong with their partners, however the teacher never listen and yell them for being so gossipy.
Also in the results we found that the teacher augment the bullying at class, because they putt nicknames, yell, curse and even they –the professors- hit them to do the right things.
I N T R O D U C C I Ó N
Un tema que ha dado pie a múltiples investigaciones por parte de científicos sociales, es el llamado “Bullying” o “Acoso Escolar” que se presenta dentro de las instituciones educativas.
Éste es definido como una serie de conductas violentas -por parte de los niños- que tienen como finalidad maltratar y abusar de otros compañeros –o iguales-, ridiculizando y hasta sometiéndolos para mostrar poder o superioridad ante ellos. Dicha conducta empieza desde edades muy tempranas -alrededor de los 5 años- y se desarrolla hasta después de los 15 y 16 años. No es un fenómeno nuevo, siempre ha existido entre niños y jóvenes, pero desde hace varios años se le ha puesto más atención puesto que está repercutiendo a la mayoría de la población y agravando intensamente las consecuencias de estas conductas y es que, por ejemplo en México de acuerdo a las estadísticas del año 2011, se presentaron 190 suicidios a causa del acoso escolar tan sólo en el Distrito Federal ⁽¹⁾, sin mencionar las estadísticas dadas a conocer por la PGR el mismo año en donde señalan que uno de cada seis niños que sufren acoso escolar en la republica mexicana toma la acción de quitarse la vida⁽²⁾.
En estos casos se presenta el arrebatar la vida propia, pero qué hay de quitar la vida de terceros y es que este es el ejemplo claro en Argentina con el caso del niño apodado “Pan triste”, quien baleó a dos de sus compañeros afuera de las instalaciones del colegio a causa de las agresiones y humillaciones que había sufrido por parte de sus perpetradores.
Dichos ejemplos mencionados dan pie a comprender que no es un fenómeno aislado y son algunos de tantos que se encuentran en todo el mundo, por ello esta investigación pretende contextualizar este fenómeno para detectarlo a tiempo, atenderlo y detenerlo⁽³⁾.
Ahora bien, para empezar a profundizar sobre este tema se debe explicar que el pionero en esta área fue el profesor de psicología en la Universidad de Bergen, Noruega, Dan Olweus, quien fue el primero en analizar el acoso y hostigamiento en las escuelas, definiéndolo como aquellas acciones negativas que se producen de forma repetida en el tiempo, considerando que una acción tal, se produce cuando alguien, de forma intencionada, causa un daño, hiere o incomoda a otra persona⁽⁴⁾. El acoso puede ser obra de un sólo individuo o de un grupo. En cualquier caso para poder hablar específicamente del acoso escolar debe existir un desequilibrio de fuerzas -una relación de poder asimétrica-; el alumno expuesto a las acciones negativas tiene dificultad en defenderse y en cierta medida, se encuentra indefenso ante el alumno o los alumnos que los acosan. Y para poder aclarar este fenómeno vale la pena explicar las condiciones para las que se presente, y es que primeramente se debe entender que dentro de la dinámica de acoso escolar deben haber tres roles: el acosador, la víctima y el observador. Cada uno de ellos juega un papel importante porque permiten que estas conductas se den de la forma idónea.
Por ejemplo, el agresor, es el niño que comete los actos violentos, molestos y humillantes. Éste no hace otra cosa que buscar de algún modo, ya sea física, social, verbal o psicológicamente –de los cuales se abordará más adelante-, someter a la persona con el fin de demostrar su supremacía.
Así mismo se define al agresor como una persona que conserva la creencia de superioridad y le es difícil manifestar sus sentimientos con facilidad; teme perder el control, oculta su debilidad interior y no sabe reconocer la responsabilidad de sus actos⁽⁵⁾.
Es un ser con características de personalidad de seguridad en sí mismo, pero en realidad es alguien que ha enfrentado situaciones difíciles y tiene una gran inseguridad de él y del medio que lo rodea⁽⁶⁾. Los agresores tienen una gran necesidad de poder y dominación, parece que disfrutan teniendo el control avasallando a otros, desarrollando cierto grado de hostilidad hacia el medio⁽⁷⁾. Dichos sentimientos e impulsos pueden llevarles a sentir satisfacción cuando infligen daño o sufrimiento a otros.
Por el contrario, las víctimas son personas sobreprotegidas por sus padres, siendo inseguras, pasan demasiado tiempo en sus hogares y son de carácter débil ⁽⁸⁾.
Éstas son aquellas personas sobre la cuales se ejerce el acoso o el maltrato, soliendo ser un chico con baja autoestima, que no sabe cómo defenderse ante los ataques de los demás⁽⁶⁾. Es situado en el segmento más bajo de la escala social por parte de los agresores. La mayoría de las veces es una persona que tiene alguna característica física diferente del promedio y suelen ser chicos con pocos amigos, callados y que no encuentran la manera de decirle a alguien lo que les ocurre. De ahí que son víctimas de dicho acoso porque no saben defenderse y por eso el agresor recurre a descargarse sobre él; la famosa “situación idónea” puesto que permite este ciclo de agresión una y otra vez.
Y por último, pero no menos importante se encuentran los observadores o testigos, quienes son aquellos a los que se les busca mostrar la superioridad del agresor, llevando ante ellos el espectáculo de violencia, siendo que estos tienen de dos opciones; encorajar aun mas al agresor o pueden sólo mirar con pánico las fechorías que comente éste, creando un miedo interno o resistencia a sufrir las mismas condiciones que la víctima. Además se puede decir que son el resto de compañeros que se dan cuenta de lo que sucede pero no lo reportan a los profesores o familiares, esto puede provocar que haya un contagio social que inhibe la ayuda ⁽⁸⁾.
Algo que resulta ser curioso, es ver cómo los testigos se basan sólo en la observación, pero cuando la curiosidad los absorbe suelen ser participantes en las agresiones y pierden el rol que tenían como testigos y pasan a ser los agresores. Es decir, al principio sólo son observadores causales, que de acuerdo con su personalidad, reaccionarán de manera pasiva, únicamente en observación, pero cuando se atreven a participar en las agresiones pierden su condición de testigos y se convierten en agresores ⁽⁴⁾.
Los espectadores de la violencia escolar, cuando no toman partido a favor de la victima están protegiendo, en alguna medida, al agresor y a los rasgos culturales de atribuir poder al más bravucón. ello puede ser una continua fuente de problemas de convivencia. Una víctima y un agresor no son miembros igualitarios de un sistema de convivencia, por tanto, deben desaparecer esos roles puesto que la intención para tener armonía en las relaciones es construir una buena convivencia ⁽⁹⁾.
Habiendo definido y explicado el acoso escolar, se debe entonces de iniciar con un breve desglose de su tipología, puesto que éste se manifiesta en acoso físico, psicológico, verbal y social.
El acoso físico es cualquier situación no accidental negativa, que provoca contacto corporal. En él figuran las acciones tales como son las patadas, los empujones, los golpes, los jalones de cabello y los mordiscos, entre otros ⁽¹⁰⁾.
El acoso psicológico son aquellos actos o conductas que devalúan, denigran y ofenden, lastimando la integridad e individualidad de los sujetos, comprende de amenazas, humillaciones o tratar de convencer a la victima de que es culpable de cualquier evento. A su vez, consta de menospreciar la dignidad individual de los demás controlando su modo de vida, como lo puede ser no dejarlo salir, limitando amistades y prohibiendo situaciones, entre otros⁽⁵⁾.
En el caso del acoso social, éste consiste en la exclusión y aislamiento progresivo de la víctima marginando e ignorándolo dentro de esta dinámica.
En la práctica, los acosadores impiden a la víctima participar, ignorando su presencia y no contando con él/ ella en las actividades normales entre amigos o compañeros de clase. Es una forma de acoso tradicional; la discriminación señala con claridad quién pertenece a un grupo y quién no, y castiga a quienes no cumplen con los criterios de pertenencia del mismo, tratándolos como si hubieran dejado de existir, es decir, un aislamiento social o exclusión social, aprovechándose de su inseguridad, miedo o dificultades personales para pedir ayuda o defenderse ⁽¹¹⁾.
Y por último, el acoso verbal es el tipo de acoso más habitual y son palabras dichas por compañeros que tienen la intención de herir a otro miembro de la clase. muestra de ello es insultar, amenazar, poner apodos, hacer chistes raciales o de género, propagación de rumores falsos, hacer bromas insultantes de algún defecto o anomalía visible, o de alguna rareza del habla o de la conducta. A diferencia del físico, el verbal suele ser el que más se utilizan las mujeres de todas las edades, sin que por ello puedan considerarse exclusivo de este género ⁽³⁾.
Es ahora que habiendo explicado este fenómeno que atañe a la salud pública es importante mencionar que la perspectiva de los roles que juegan cada niño en el acoso escolar debe de ser comprendida ya que, se puede ver que no es un conflicto sólo de niños, sino es el trasfondo de diversos problemas culturales y de violencia que la sociedad está ejerciendo. Tanto los medios de comunicación, la ruptura de la institución base de la sociedad, la familia, enfermedades o trastornos psicológicos y la educación, entre otros, han permitido que síntomas de agresión y violencia se presenten e inclusive se incrementen, dejando ver que como sociedad parte de la responsabilidad es nuestra, puesto que no estamos regulando los daños colaterales que provoca el avance, desarrollo y apertura de la sociedad. Por ello el presente trabajo de investigación buscó identificar las conductas y actitudes vinculadas al acoso en las escuelas con ayuda de las experiencias compartidas con niños de educación primaria desde tres puntos de vista: el acosador, la víctima y el observador, con la finalidad de poder entender más a fondo esta situación para detectarla y prevenirla a tiempo.
O B J E T I V O
Identificar las actitudes y acciones vinculadas al acoso que se vive dentro de la escuela en niños de 7 a 12 años de edad, desde el punto de vista del acosador, la víctima y el observador
M É T O D O
Tipo De Estudio
Se basa en un tipo de estudio cualitativo de corte exploratorio.
Eje Temático
Acoso Escolar: Son aquellas acciones negativas que se producen de forma repetida en el tiempo, considerando que una acción tal, se produce cuando alguien igualitario, de forma intencionada, causa un daño, hiere o incomoda a otra persona dentro del contexto escolar ⁽⁴⁾.
Categoría
Descripción
Indicadores
Acoso
físico
Es cualquier situación no accidental negativa, que provoca contacto corporal ⁽¹⁰⁾
Golpes
Zancadillas
Pinchazos
Patadas
Maltrato en los objetos propiedad de la víctima.
Acoso verbal
Son palabras dichas por compañeros de clase que tienen la intención de herir a otro miembro de la clase.
Gritos
Insultos
Apodos
Chistes raciales o de género
Acoso psicológico
Son aquellos actos que devalúan, denigran y ofenden, lastimando la integridad e individualidad de los sujetos ⁽⁵⁾
Amenazas
Humillaciones
Intimidaciones
Culpabilidad injustificada
Menosprecio a la dignidad individual
Controlar su modo de vida
No dejarlo salir
Prohibir a los demás algunas situaciones.
Acoso social
Consiste en la exclusión y en el aislamiento progresivo de la víctima marginando e ignorándolo dentro de esta dinámica ⁽¹¹⁾.
Limitar amistades
Mentiras
Exclusión
Difusión de rumores y calumnias
Aislamiento
Rechazo
Bloqueo Social
Ignorar su presencia
Actores del Acoso Escolar
Son los individuos que interactúan en la dinámica del acoso escolar.
Acosador
Víctima
Observador
Participantes
Se trabajó con seis grupos focales, los cuales, tenían como característica en común niños estudiantes del nivel educativo básico de entre 7 y 12 años de edad de ambos sexos. Esto es:
El primero fue un grupo de seis niños de tercero de primaria, de los cuales tres fueron del sexo masculino y tres del sexo femenino. Las edades eran de 7 a 8 años de edad, y el turno analizado fue el turno vespertino.
El segundo grupo fue de quinto de primaria y eran seis niñas en total. La edad promedio era de 9 años y el turno al igual fue vespertino.
El tercer grupo fue un conjunto de 8 niños del sexo masculino, cursando el cuarto año de primaria en el turno vespertino, de edades entre los 9 y 11 años.
El cuarto grupo estuvo determinado por dos niños de segundo, tres niñas de tercero y dos niños de cuarto. De edades entre 7 y 9 años de edad, del turno matutino.
El quinto grupo, fue formado por cuatro niños y cuatro niñas de sexto grado de primaria, con edades todos de 12 años dentro del turno matutino.
Y por último, el sexto grupo fue de siete niñas de quinto grado de primaria.
Técnica De Recolección De Datos
Se hizo uso de la técnica de grupo focal, la cual, consiste en una entrevista grupal dirigida por un moderador a través de un guión de temas o preguntas, buscando la interacción entre los participantes como método para generar.
Procesamiento De Información
El método de investigación utilizado fue la fenomenología, que estudia la experiencia directa del fenómeno, interesándose por aquello que lo hace único, es decir, pone el foco en la particularidad, en vez de en la universalidad; se interesa por las diferencias, con lo cual se convierte en un método que, aunque abarca menos, profundiza más ⁽¹³⁾.
Procedimiento
Se solicitó permiso a la escuela primaria “Lic. Miguel Alemán Valdés” para ser la institución estudiada y, una vez autorizado el permiso, se requirió a los profesores su apoyo y comprensión con la salida del aula a cierto número de alumnos para la entrevista grupal, requiriéndoseles que señalarán quiénes eran los niños participativos, los niños inquietos y los niños tranquilos.
Cada grupo focal se realizó dentro de las instalaciones de la escuela, la cuales, tenían ventilación e iluminación adecuada para su ejecución.
Ahora bien, las preguntas hechas a los niños entrevistados fueron muy generales para permitir los comentarios de los alumnos, así mismo, se inició con un caso y ellos participaban comentando similitudes en su colegio y con compañeros que ellos mismos conocían.
En un principio las preguntas fueron sistemáticas y ordenadas, pero después -en la mayoría de los casos-, ellos mismos continuaban con demás aspectos retomados en el cuestionario y se permitió una dinámica muy interesante, en donde compartían sus historias entre ellos mismos.
Finalmente, como resultado de las entrevistas grupales, se hizo una extracción de lexías por cada grupo y se analizaron las respuestas, en donde por último se retomaron las categorías resultantes para la ejecución de la segunda parte de la investigación.
Tratamiento de datos
Las entrevistas de los grupos focales no fueron transcritas en su totalidad. Sólo se sustrajeron las lexías significativas para su análisis a profundidad, en donde el método de análisis se ajustó a uno de los procedimientos mejor consolidados dentro del interaccionismo simbólico, el análisis de contenido, que permite dar un tratamiento sistemático a la información cualitativa recolectada. A través de esta técnica fue posible identificar los principales aspectos dentro del discurso de los entrevistados y dividirlos en forma pertinente.
Las lexías fueron a su vez codificadas, siguiendo un esquema básico de clasificación de datos, según el eje temático -que es el acoso escolar- y las categorías consideradas como lo son el acoso físico, verbal, psicológico y social, así como a los actores o participantes del acoso escolar: el acosador, la víctima, y el observador.
R E S U L T A D O S
De acuerdo a los resultados obtenidos se pudo detectar que dentro de la escuela existen los tres tipos de participantes dentro del acoso escolar, como lo es la víctima, el agresor y también el observador y es que, de acuerdo a las preguntas realizadas a los alumnos y a sus respuestas, se pudo conocer más a fondo la convivencia de ellos dentro del salón de clases, y cómo a pesar de que conocen sobre el fenómeno del Acoso escolar, lo practican claramente pero sin saberlo.
Se pudo verificar que ya se tienen identificados a los alumnos que son los que frecuentemente molestan a los demás compañeros. El problema radica en que estos alumnos no son tratados. Dicho estudio también detectó la importancia de saber qué hacer en cada caso que se presenta. Y es que, al parecer en la escuela no se habla mucho de ello, omitiéndole y dejando pasar elementos importantes para detectar e intervenir a tiempo.
Por ejemplo, los alumnos comentan que los maestros no hacen nada al respecto, ellos dan su queja pero no hay respuesta, o al contrario, los mismos maestros son los que los maltratan o encorajan a los niños para continuar con las burlas. Esto quiere decir que los maestros no están capacitados para detectar y/o abordar el acoso entre compañeros de clase.
Los alumnos día a día se han adaptado a esta manera de convivencia y al parecer están acostumbrados a ver los abusos que sus compañeros tienen que vivir. Sin embargo se mostró que aquellos niños que sufren el acoso son niños pasivos y que no tiene problemas de conducta y mucho menos se llevan con sus compañeros, y como resultado, ellos adoptan una conducta agresiva defendiéndose de sus agresores creando un ciclo de violencia.
Son más las victimas que comparten sus experiencias durante la entrevista y que dejan ver cómo es que la agresión psicológica es las más utilizada por los agresores para molestar a sus compañeros.
El acoso escolar, de acuerdo a la opinión de los entrevistados es una de las principales causas de la inasistencia de sus compañeros, quienes aluden a ciertos niños que sólo buscan humillar y lastimarlos, ocasionándoles miedo al ir a la escuela por las consecuencias que traerá confrontarse con los agresores.
Uno de los resultados alarmantes que se puede observar aquí, es cómo también atribuyen los profesores a esta dinámica de violencia, quienes incrementan la burla hacia los mismos niños, o inclusive embravecen a los niños para golpear a los que “según” los molestan, haciendo este ciclo de agresión cada vez más grande.
En resumen de lo antes expuesto, se dice entonces que en la escuela primaria analizada se encontró una ola de violencia muy marcada hacia cierto tipo o grupo de estudiantes, y esta va desde los golpes hasta los chismes, la exclusión social, los sobrenombres y muchas conductas mas que afectan la autoestima del niño agredido y la imagen que tiene ante sus compañeros de clase.
En severas ocasiones este tipo de violencia, generó violencia física o de algún otro tipo desencadenando un circulo vicioso y haciéndolo más grave y complicado de resolver.
Un punto importante a discutir es que no solo el niño agredido merece la atención de los investigadores, sino también el acosador ya que, por algún motivo toma este papel, y es generador de violencia. ¿Por qué necesita imponer su imagen de poder ante un grupo? Se piensa que sería una pregunta para poder diagnosticar el inicio de este tema.
Como se ha mencionado con anterioridad la violencia psicológica es la que con mayor frecuencia se presenta en el aula de clases, esta va desde la marginación, burlas, y desafortunadamente tienen un mayor impacto si no se detecta a tiempo puede ser que el niño agredido tenga pensamiento de suicidio o algún otro.
Desafortunadamente no sólo los compañeros de clase generan violencia, también en esta investigación se encontró que los profesores, agreden de alguna forma ya sea física o psicológica a los niños alumnos.
Todo esto genera en el niño agredido una apatía hacia el dolor ajeno, ya que varios de ellos mencionan que cuando observan que a alguien más lo están agrediendo al igual que a él, prefiere mantenerse al margen y no defenderlo, ya que en una parte siente que se lo merece, siendo un gran problema social, ya que creemos que como seres sociales no tenemos la obligación de preocuparnos o intervenir en el bienestar de otros.
El sentimiento de odio de los niños agredidos hacia el agresor de aula, es muy grande ya que le atribuyen, y hasta cierta parte es cierto, todos los males por los que está pasando en ese momento y que desafortunadamente no hay un remedio inmediato para erradicar esta situación, encontrando que estos niños también generan violencia a individuos inferiores a ellos, y con esto se comprueba –una vez más- que en definitiva es un circulo de violencia grave.
Numerables estudios han comprobado que el agresor tienen algún tipo de conflicto, no solo psicológico, también se habla de una problemática familiar y social, la poca tolerancia a la frustración y que desafortunadamente el 70% de los agresores cumplen con este perfil.
En conclusión se dice que es un tema bastante delicado ya que va en aumento, y aunque se sabe de la problemática, aun no se ha podido trabajar en ella. Uno de los pasos primordiales es identificar al agresor y al agredido y brindarles la ayuda pertinente.
Como es sabido, la agresión verbal es una de las más comunes y más utilizadas después de la agresión física, ya que para la sociedad, y es preciso mencionarlo, que lamentablemente se utiliza demasiado el leguaje altisonante por parte los alumnos de la mayoría de las escuelas, siendo así, que ya es tomado como una expresión normal al hablar y en ocasiones, cuando uno de ellos no se expresa de la misma forma utilizando groserías, es visto de manera diferente a los demás sin ser rechazado, pero si se le incita a expresarse como todos lo hacen, de tal manera que el niño se llega a ver comprometido a hablar de la misma manera que todos, para ser incluido dentro del circulo de amistad rompiendo así con la educación que el estudiante trae desde su casa ante la represión de los padres al expresarse con este tipo de lenguaje.
Esta misma entrevista ha permitido encontrar la fuente de uno de los problemas más grandes que tiene la educación en México como lo es la deserción escolar, y es que éste es la raíz del problema debido al constante hostigamiento que tienen los alumnos por parte de los niños más grandes. Dicho problema en la sociedad da pie también al ausentismo en la escuela, puesto que existen personas con problemas psicológicos que tienen cierta dificultad para sostener una relación social con los demás o problemas para respetar la autoridad, entre muchos otros, que son consecuencia de los maltratos sufridos desde la niñez en instituciones educativas.
También es importante mencionar, lo que para muchos, en algunos casos extremos y por causa de estos maltratos ha tenido que terminar trágicamente en la privación de la vida.
Para ultimar esta investigación, cabe mencionar que dentro de la formación educativa falta demasiada información sobre las agresiones que se dan en escuelas públicas, sin excluir a las privadas donde también se han visto innumerables casos de acoso escolar, esto ha desembocado en una ola de abusos de todo tipo y forma por parte de los alumnos hacia sus compañeros.
De igual forma, es necesario concientizar a padres de familia para poder detectar este tipo de problemas en sus hijos, revisar cuál es la sintomatología, tanto en la escuela como desde casa, a un tiempo adecuado para poder tratarlos. Asimismo darles información a los alumnos de distintos grados escolares, no sólo en primarias y secundarias, iniciar desde la base de la educación como lo es el preescolar, para así poder fomentar una educación libre de agresiones y maltratos. Apoyar con terapias a las víctimas de este abuso para que en un futuro no tengan que sufrir un trastorno que no los deje continuar con su vida normal y que estas mismas personas, sirvan de apoyo como testimonio para aquellos que presentan los primeros brotes de este terrible y silencioso virus social.
D I S C U S I Ó N
Los resultados de la presente investigación confirman el concepto del acoso escolar como un conflicto que actualmente se está viviendo en las aulas de clase, en donde su propósito es atentar contra la dignidad del individuo ⁽¹⁴⁾ y, obviamente esto dentro de un contexto escolar. En sí, para poder determinar que era acoso dentro de su institución se encontraron tres criterios; en primer lugar, se daba bajo una conducta violenta dirigida a hacer daño, segunda, era entre pares, es decir, de compañeros a compañeros y, tercera, existía una agresión reiterada, tanto psicológica como psíquica, hacia una persona de inferior status de poder ⁽⁴⁾.
A su vez, dicho se presenta de diversas formas, ya sea físico, verbal, psicológico y también social ⁽¹⁵⁾. También es importante señalar que existen papeles que cada individuo juega para llegar a la dinámica como tal, los cuales, son: el acosador, la víctima y los testigos, teniendo características muy particulares e indispensables para que esta conducta violenta se cometa ⁽⁹⁾.
Por ejemplo, los niños acosados eran aquellos sobre los cuales se ejercía el maltrato y poseían características en común ⁽⁶⁾, es decir, sentían intimidación; exclusión; debilidad de la victima ante el agresor; la intensidad de las agresiones que sufrían iba incrementando y por último, las agresiones siempre se daban a solas, sin la presencia de alguna autoridad que pudiese terminar el ataque.
Resultó también, que los niños víctimas son individuos que tienen alguna característica física diferente del promedio, por ejemplo usar lentes, ser más bajo o más alto que los demás, tener complexión física rellena o tener malformaciones físicas visibles; suelen ser chicos con pocos amigos, callados y que no encuentran la manera de decirle a alguien lo que les ocurre. De ahí que las víctimas comúnmente son niños muy pasivos, miedosos, que tienen pocos amigos y que se les es difícil el habla para comunicar dicha circunstancia en la que se encuentran; son víctimas de éste puesto que no saben defenderse y por eso el agresor recurre a descargarse sobre él ⁽¹⁶⁾.
Las características más específicas que se obtuvieron de los niños atacados era que tenían baja popularidad entre sus compañeros, con los que no logran tener buenas relaciones y son tan rechazados por ellos como para no recibir ayuda en situaciones de maltrato ⁽¹¹⁾. También presentaban baja autoestima con sentimientos de culpabilidad, soledad, marginación y rechazo, mostrando un temperamento débil y tímido, lo cual, dejaba ver signos de depresión y dependencia emocional. Muchos de los miedos que presentaban se debían a la angustia y ansiedad de confrontar a los perpetradores, puesto que ya estaban hartos de la condición en la que se encontraban.
Algunos niños aludían al acoso escolar como uno de los principales factores por los cuales sus compañeros abandonaban la escuela, y es que, a veces el acoso induce a la deserción incluso por parte de alumnos más brillantes que el promedio; otros sin embargo, aludían a que precisamente, las buenas calificaciones les hacían valer ser el blanco de ataques por parte de sus compañeros acosadores, puesto que éstos consiguen la intimidación de la víctima implicando un abuso del poder para hacerlos sentir menos y que sus logros no son de celebrarse ⁽¹⁷⁾. La victima vive aterrorizada con la idea de asistir a la escuela ya que se muestra nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana pues ellos dicen que ya no es lo mismo porque no están bien mentalmente. Tan dura es la situación en la que se encuentran que pueden contraer pensamientos sobre el suicidio para ya no sufrir más de las atrocidades vividas ⁽⁴⁾.
Por otro lado, en el caso de los acosadores se encontró que son niños que buscan hacer daño a sus compañeros, dejando ver un marco de desequilibrio de poder entre agresor y víctima ⁽⁷⁾ siendo inseguros y que no tienen idea consciente del por qué someten a sus compañeros, sólo lo hacen por diversión o como forma de expulsión de sus emociones buscando intimidar, someter y tener un consumo emocionalmente de la víctima para satisfacer sus necesidades, de someter y destruir a los demás ya que éste no mide las consecuencias de lo que pueda ocasionar, siendo una tortura mental para las víctimas puesto que no pueden estar bien o sentirse bien por el trauma que han vivido.
En las entrevistas, los acosadores se presentaron como niños muy seguros de sí mismo, pero en realidad son individuos que ha enfrentado situaciones difíciles y que tienen una gran inseguridad de ellos y del medio que los rodean ⁽⁶⁾, cubriendo esto con una máscara de superioridad. Éste mismo tiene dificultades para manifestar sus sentimientos; teme perder el control, oculta su debilidad interior y no sabe reconocer la responsabilidad de sus actos, por lo que busca a alguien para revertir esta situación siendo impulsivos, con poca tolerancia a la frustración y poca -o ninguna- empatía con los sentimientos de los demás ⁽¹⁸⁾.
También se observó que los perpetradores tienen una gran necesidad de poder y dominación, parece que disfrutan teniendo el control avasallando a otros, desarrollando cierto grado de hostilidad hacia el medio. Dichos sentimientos e impulsos pueden llevarles a sentir satisfacción cuando infligen daño o sufrimiento a otros ⁽⁷⁾.
En este misma línea, los acosadores realizan los actos violentos para ser admirados por el grupo y reconocidos como alguien que se atreve a romper las reglas y a hacer o decir cosas que otros no se atreven ⁽³⁾.
Uno de los resultados significativos, fue hallar rasgos de inferioridad de la mujer por parte del hombre ⁽⁵⁾, y es que su desarrollo moral y sistema de creencias está basado en mitos culturales acerca de la masculinidad y de la inferioridad de la mujer.
Por su parte, los testigos u observadores son los compañeros que se dan cuenta de lo que sucede pero no lo reportan a profesores o familiares ⁽⁸⁾ encontrando que en situaciones de violencia entre sus compañeros, se abstienen de ayudar, por el miedo que le tienen al agresor, justificando su respuesta en que es lo justo, puesto ellos –las víctimas– se lo buscaron.
En severas ocasiones, durante su discurso los testigos manifestaban un ángulo de confort en donde se les cuestionaba sobre la postura que tenían ellos durante la fechoría respondiendo que no podían hacer algo porque después les podía ir peor (Olweus, 1993).
Por ejemplo, particularmente en el acoso verbal, los niños declaran haber sido en algún momento de su infancia agresores verbales, colocando apodos a sus compañeros para posteriormente burlarse, dejando claro entonces que cuando la curiosidad los absorbe suelen ser participantes en las agresiones y pierden el rol que tenían como testigos y pasan a ser los agresores. Es decir, al principio sólo son observadores causales, que de acuerdo con su personalidad, reaccionarán de manera pasiva, únicamente en observación, pero cuando se atreven a participar en las agresiones pierden su condición de testigos y se convierten en provocadores ⁽⁴⁾.
Ahora bien, en este mismo tipo de acoso –el verbal- los que lo usan, justifican su conducta en la forma en la que son tratados, teniendo alucinaciones de maltrato por parte de sus compañeros.
Del mismo modo, las formas más comunes de estos hechos son los insultos, palabras altisonantes y ofensivas o bien los ponen en evidencia frente a la clase u otros compañeros con algún apodo ofensivo, recalcando también su situación económica o bien de alguna característica física o intelectual del niño.
En estas mismas entrevistas se pudo encontrar que este tipo de conductas son una de las mas recurridas por los acosadores, quienes insultan a sus compañeros y colocan apodos despectivos con el fin de humillarlos y hacerlos llorar; ellos explican que en el salón hay niños que son más débiles que otros y de esa manera se atreven a poner apodos, ya que saben que no van hacer nada al respecto o en contra de ellos ⁽³⁾, incluso, algunos de los niños entrevistados decían que es mejor dejarlos que digan lo que quieran porque si no, ellos -las victimas- tendrían más problemas con el profesor, debido a que los perpetradores muchas veces son consentidos de los profesores. Por lo tanto, se dice que lo más hiriente para las víctimas es la prohibición personal de no participar en clase por miedo a equivocarse y a sufrir de burlas e insultos por parte de sus compañeros.
La agresión verbal es muy importante puesto que las palabras son las que lastiman más a los pequeños, porque se quedan en su memoria de por vida, y uno de los niños entrevistados hace mención a que “esas palabras se les quedaban gravadas y no sabía cómo sacarlas o cómo superarlo”. Y es que dicho acoso, no son solamente palabras, sino va anclado al aspecto psicológico, puesto que daña la integridad y auto percepción del niño. Este se refiere a aquellos actos o conductas que devalúan, denigran y ofenden, lastimando la integridad e individualidad de los sujetos, comprende de amenazas, humillaciones o tratar de convencer a la victima de que es culpable de cualquier evento. A su vez, consta de menospreciar la dignidad individual de los demás controlando su modo de vida, como lo puede ser no dejarlo salir, limitando amistades o prohibiendo situaciones ⁽⁵⁾. Aquí, vale decir que de acuerdo a los resultados obtenidos, el acoso psicológico en el caso de los perpetradores, se da por la falta de atención que los niños sufren por parte de sus padres ⁽¹⁹⁾ mencionando que les gusta ser tomados en cuenta por sus compañeros aunque sea a base de miedo.
Así mismo, se encontró que las amenazas con pegarle a alguno de sus familiares si dicen algo de lo sucedido, o chantajes para lograr sus cometidos, son unas de las formas más comunes de acosar psicológicamente, así como la humillación delante de los demás ⁽⁴⁾.
A la par en esta investigación se halló que la forma en que los asustan es encerrándolos en el baño hasta que griten o en sus extremos, lloren. Los acosadores buscan burlarse de la condición económica de sus compañeros, así como esconderles sus objetos personales con el fin de enfurecerlos, o bien, tomar sus cosas y aparecerlas en la banca de otro compañero sólo para echarle la culpa delante de la maestra.
En el recreo, el acoso más común es quitarles su dinero o el lonche ⁽¹⁴⁾ y algunos de los entrevistados decían que sólo estaban esperando la hora para salir e irse a su casa donde se sentían seguros de sí mismos ⁽¹⁸⁾.
Un argumento interesante fue encontrar que muchas niñas buscan molestar a sus compañeras a través de la presunción o vanidad, es decir, restriegan valores que ellas poseen y que las otras no, haciéndolas sentir menos.
En resumen, de acuerdo a lo dicho en la entrevista, las palabras hirientes, humillaciones, gritos e insultos son los que más se quedan en su pensamiento las víctimas; se sienten acosadas y temerosas a causa de las personas que les hacen daño. Se sienten presionados y aturdidos, y no pueden encontrar ayuda alguna y es que, se sienten solos y con falta de apoyo de sus padres al no poderles decir qué pasa con su vida o qué les atormenta, entre otras cosas ⁽⁹⁾.
Por su parte, el acoso físico es aquel que implica contacto violento entre mismos compañeros siendo los principales ataques físicos que se presentan en las aulas, golpes en la cara y abdomen, empujones con la intención de tirarlos, poner el pie, zapes, patadas, pellizcos ⁽⁴⁾ o a manera indirecta como lo es la destrucción de su material de trabajo, así como también dañar la ropa o lanzar objetos ⁽¹⁷⁾. También le suelen faltar las cosas; bolígrafos nuevos, lapicera, calculadora […], su material a menudo se encuentra estropeado, escondido, sucio, tirado, carteles, notas y pintadas con insultos ⁽¹⁴⁾.
Esto es principalmente por ciertos compañeros –que dicho por los mismos alumnos– son los que siempre lo hacen y, quienes lo sufren no tuvieron que ver con provocación alguna, o bien, lo sufren cuando tratan de hacérselo saber –el conflicto– a su maestro.
También se encontró abuso por parte de compañeros de la institución de un mayor grado, con el fin de demostrar a los niños más pequeños su superioridad, así como también buscan delimitar el territorio ⁽¹⁴⁾, a lo cual, algunos de sus mismos compañeros justifican el hecho de haber tenido que intervenir respondiendo de la misma manera en que son atacados ⁽¹⁸⁾.
Se mencionó que las niñas tienen una forma distinta de pegar, es decir, de una forma menos directa pero más hiriente, ejemplo de ello es jalar el cabello y echar la culpa a alguien más, así como hacer bromas pesadas ⁽⁴⁾. En cambio los niños, agreden de una forma más directa y física como lo son el tirar al suelo, dar de patadas por todo el cuerpo y dar puñetazos, entre otros ⁽³⁾. Muchos de estos agresores son reactores, es decir, reaccionan en base a una primera conducta violenta que les es dirigida hacia su persona, y responden sólo para defenderse, creando así un circulo vicioso y es que, se encontró que muchas de las actitudes violentas por parte de los niños se deben a que son en respuesta a la violencia que los otros compañeros ejercen sobre ellos, es decir, como renuencia a defender su integridad física ⁽¹¹⁾, pero también aluden que a casi la mayoría, les ha demostrado que es una posibilidad de ser respetado, e incluso de darle cierta jerarquía dentro del circulo amistoso en el que se desenvuelven, siendo así, que alguna vez tendrán que pasar por esta situación que –a su modo de ver– lo consideran normal, puesto que les permitirá sobrevivir en el ambiente escolar.
Y por último, el acoso social consiste en impedir a la víctima participar en cualquier actividad grupal o social, ignorando su presencia y no contando con él/ ella en las actividades normales entre amigos o compañeros de clase. Es una forma de acoso tradicional; la discriminación señala con claridad quién pertenece a un grupo y quién no, y castiga a quienes no cumplen con los criterios de pertenencia del mismo, tratándolos como si hubieran dejado de existir, es decir, un aislamiento social o exclusión social, aprovechándose de su inseguridad, miedo o dificultades personales para pedir ayuda o defenderse ⁽¹¹⁾.
En estos grupos se destacó la búsqueda de aceptación por parte sus compañeros, explicando algunos de los niños que para pertenecer a alguno de ellos era necesario decir intimidades de sus amigos o también discriminándolos, esto para entrar en el grupo y poder corresponder a él.
Del mismo modo, se puede determinar que en el salón de clases, los niños presentan acoso social debido a la exclusión, discriminación y calumnias que inventan sobre ellos.
Muchos de los entrevistados contaron cómo fue su expulsión de equipos de trabajo, o también que muchas niñas impiden que jueguen con otras o simplemente las ignoran para así seguir jugando con las demás agresoras, concluyendo entonces los niños que el sexo femenino es el que más hace uso de este tipo de acoso para herir a sus compañeros ⁽⁹⁾ ⁽¹⁸⁾.
Por otro lado, los niños indican que en los grupitos siempre hay un líder que manda a otros para que hagan lo que él no quiere hacer y también para que acaten las órdenes que les dice. En el caso de no hacerlo, son excluidos y aislados de los juegos comunes del recreo, o simplemente no son elegidos a la hora de armar equipos de trabajo.
Algunos niños mencionan que evitan hablar con los demás y hacer sus cosas por si solos para que así ya no los molesten. Ellos también dicen que en el recreo preferirían estar solos que salir a jugar con sus compañeritos para evitar conflictos y es que, el estar en una sociedad y que sea violenta ya no se sienten seguros de ellos mismos, prefieren estar aislados y que nadie los moleste, ellos se sienten más inseguros de lo que pasa a su alrededor prefiriendo estar solos.
Por otro lado, aunque lo antes mencionado permita saber más acerca de este fenómeno, se debe recordar que el inicio de un abuso o acoso entre pares por lo general comienza siendo de una manera sutil, como lo es verbalmente hasta llegar a los golpes y otras consecuencias más severas causando un daño físico y psicológico muy grande. Por ello es esencial atender este conflicto que atañe a la salud pública del país.
A diferencia en décadas anteriores, Voors dice que las únicas diferencias son que hoy, el acoso escolar es más intenso, los matices sexuales intervienen más pronto y el fenómeno en general ofrece más peligro, debido a una creciente brutalidad social e insensibilización ante la violencia ⁽¹⁸⁾. No todos los conflictos entran en la clasificación de acoso escolar y es que, los niños siempre discutirán y pelearán, es por ello que los conflictos comunes cruzan la línea y se convierten en acoso cuando se cumplen ciertos criterios, como los mencionados anteriormente.
En definitiva, no toda conducta dentro de las escuelas se puede catalogar como violencia o acoso escolar, es claramente verdad que existen ciertos criterios conductuales y de lenguaje que delimitan cuando existe o cuando no este fenómeno, por lo que es de relevancia identificar y discernir entre lo que ocurre en las aulas de clase y el tiempo en general que los niños permanecen dentro de las escuelas.
B I B L I O G R A F Í A
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PREGUNTAS DEL ACOSO
¿Qué es acoso escolar?
Es el acoso que se vive en el trabajo por parte de los compañeros.
Es el acoso que se vive en las escuelas por parte de los mismo compañeros de estudio
Es el acoso que se da en las relaciones de pareja
Es el acoso que se hace a los animales
¿Actores del acoso escolar?
Mama, papa y hermanos
Tíos, primos y parientes.
Profesores y padres de familia.
Acosador, victima y observador.
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