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La acalculia del desarrollo, también conocida como discalculia del desarrollo, es un trastorno específico del aprendizaje que afecta la capacidad para adquirir habilidades aritméticas. Es distinta de la acalculia adquirida, que se desarrolla debido a una lesión cerebral. Los niños con discalculia del desarrollo tienen dificultades con los números y las operaciones matemáticas desde una edad temprana, a pesar de recibir una enseñanza adecuada y no presentar otros trastornos de aprendizaje significativos.
Las características de la discalculia del desarrollo incluyen:
Dificultades con el sentido numérico: Problemas para comprender y manipular números, incluyendo la dificultad para entender conceptos como mayor/menor o igual.
Problemas para aprender hechos aritméticos: Dificultad en memorizar y recordar sumas básicas, restas, multiplicaciones y divisiones.
Dificultades en el procesamiento matemático: Problemas para seguir secuencias de pasos matemáticos, como los necesarios en la resolución de problemas.
Dificultad con las habilidades matemáticas aplicadas: Como problemas para estimar cantidades en situaciones prácticas o manejar dinero.
El diagnóstico de la discalculia del desarrollo se realiza generalmente a través de evaluaciones educativas y psicológicas. Estas pruebas ayudan a identificar las áreas específicas de dificultad y diferenciar la discalculia de otros problemas de aprendizaje.
El tratamiento suele incluir intervenciones educativas especializadas que se adaptan a las necesidades individuales del niño. Estas pueden incluir el uso de métodos y materiales de enseñanza visuales y prácticos, así como estrategias para fortalecer el entendimiento y la memoria de los conceptos matemáticos. La intervención temprana es clave para mejorar los resultados y ayudar a los niños con discalculia del desarrollo a alcanzar su potencial académico y cotidiano
Lípido sérico. Algunos estudios han encontrado una asociación entre las concentraciones de colesterol sérico bajo y el suicidio. Determinados neurolépticos, como la olanzapina, pueden aumentar el colesterol sérico.
Concepto controvertido. Se ha considerado que algunos pacientes con dependencia al alcohol puede volver, después de un periodo de abstinencia, a un uso controlado de este, es decir a una ingestión moderada y social de bebidas alcohólicas.
Los controladores del caso son técnicos de salud mental (psiquiatras, psicólogos, asistentes sociales, etc.) que se ocupan de un paciente a lo largo de todo su tratamiento en los distintos dispositivos sociales (residencias, pisos protegidos, etc.)
o de salud (centros de salud mental, hospitalizaciones, dispositivos de rehabilitación, etc.).
De acuerdo con el DSM-IV-TR los trastornos del control de impulsos comprenden:
el trastorno explosivo intermitente,
la cleptomanía,
la tricolomanía,
el juego patológico,
la piromanía y
otros trastornos.
Los trastornos del control de impulsos se caracterizan por la dificultad en resistir el impulso a realizar un acto perjudicial para sí mismo o para los demás.Los trastornos del control de impulsos son un grupo de condiciones psiquiátricas en las que una persona tiene dificultades para resistir la urgencia de realizar actos que podrían ser dañinos para ellos mismos o para otros.
Estos trastornos pueden afectar significativamente la vida social, laboral y personal de un individuo. Aquí algunos de los más comunes:
Trastorno explosivo intermitente: Caracterizado por episodios de agresión desproporcionada a la situación o provocación. Las personas con este trastorno pueden tener explosiones verbales o físicas hacia objetos, otras personas o ellos mismos.
Cleptomanía: La incapacidad de resistirse al impulso de robar objetos que usualmente no son necesarios para el uso personal o por su valor monetario. Este robo no es cometido para expresar ira o venganza y no se debe a un delirio o una alucinación.
Piromanía: Involucra una fascinación compulsiva por el fuego, así como la impulsividad en iniciar incendios repetidamente sin motivos obvios y sin considerar las consecuencias. Los individuos con piromanía sienten una tensión o activación emocional antes del acto.
Juego patológico o ludopatía: Se define por la necesidad recurrente de apostar, a menudo con apuestas más grandes o asumiendo mayores riesgos para sentir excitación, y con frecuentes intentos fallidos de controlar o detener el comportamiento de juego.
Trastorno de compras compulsivas: Se caracteriza por una compra desmedida e irresistible que resulta en angustia emocional o problemas financieros, sociales o laborales. A menudo se compra durante períodos de sentirse angustiado.
El tratamiento de los trastornos del control de impulsos puede incluir terapia cognitivo-conductual, que ayuda a las personas a aprender a identificar y cambiar los patrones de pensamiento que llevan a comportamientos impulsivos. También se pueden usar medicamentos, como antidepresivos o estabilizadores del estado de ánimo, para ayudar a controlar los impulsos. El apoyo de grupos y la intervención temprana son vitales para manejar estos trastornos efectivamente.
Sinónimo: coprofrasia Se llama así a la emisión de palabras obscenas o inaceptables socialmente. A veces aparece en la enfermedad de Gilles de la Tourette.