Los bebés reborn no son una invención nueva, sin embargo, en los últimos años han tenido una visibilidad considerable en la web y hasta en lugares públicos. Pero, ¿en qué consiste realmente y qué capacidades terapéuticas tienen?
Estos muñecos tienen su origen en Alemania, donde, luego de la Segunda Guerra Mundial, comenzaron a crearse. En un principio se fabricaban con piezas reutilizadas de muñecas, dándole sentido a su condición de reborn o “renacer”.
Así, buscaban generar cierta felicidad y esperanza en los pequeños de la época, además de adaptarse a las condiciones económicas y costo de vida del momento. Sin embargo, hoy en día no mantienen las mismas características que al principio, aunque han conservado el nombre.
Un bebé reborn no es una muñeca regular, de hecho, es considerado como una obra y objeto artísticos de carácter artesanal. Siendo conocidos por ser bebés hiperrealistas, tanto en su diseño, como por incorporar elementos como cabello real, sistema de respiración y otras características como pestañas, peso y tacto.
Existen muchas posiciones encontradas cuando se trata de los bebés reborn, pues, su público no está limitado a las niñas. Incluso se ha determinado que gran parte de los consumidores y coleccionistas de estos son mujeres adultas.
Pero, aun cuando muchas veces son utilizados como parte de terapias médicas, como en casos de pérdidas de bebés y Alzheimer, también son comprados con otros fines.
Muchas mujeres afirman que son objetos coleccionables, tal y como lo serían los autos o figuras de acción, que les generan satisfacción. Y que, muy lejos de lo que piensan otras personas, no representan una sustitución de niños reales.
Por otra parte, también se ha visto un auge significativo en quienes dan vida a estos bebés, las reborners (fabricantes) han ido apareciendo alrededor de este arte. Estas utilizan diferentes técnicas y materiales, como el vinilo, buscando un realismo completo en sus obras.
Su coste puede ir desde unos cientos de euros y hasta sobrepasar los mil euros. Así que, una de las principales críticas de quienes no pertenecen a esta comunidad es su precio.
No obstante, un bebé reborn sencillo, y que es más común para niñas, puede situarse en un mínimo de 100 euros. Considerándose accesible y un objeto apto para juegos.
Por el contrario, hay modelos de mayor realismo, que pueden incluir desde sistema de respiración, hasta mecanismos para orinar, o adaptarse a una imagen a medida. Estos pueden alcanzar los 1. 000 euros, e incluso superarlos.
Estos últimos se elaboran como bebés reborn de colección y, al igual que otros artículos, requieren mantenimientos, cuidados y realmente no están hechos para jugar.
Las personas afines a estos ejemplares reborn, así como algunos especialistas, han determinado una sucesión de beneficios y motivos por los que tenerlos es algo positivo. Por ejemplo: consiguen ayudar a aquellos que sufren de Alzheimer a recuperar ciertas prácticas habituales, como ponerse ropa, además de ofrecerles una sensación de alivio. Ayudando a disminuir ataques de estrés, ansiedad y hasta depresión.
En los infantes también crea una vinculación y apreciación por el cuidado, fomentado la realización de actividades, así como el proceso motor.
Es una práctica artística que fomenta la tranquilidad en quienes la realizan, puede ser calmante y se posiciona como un ingreso monetario considerable.
Son un objeto de colección y apreciación. Que, si no se utiliza de forma errónea, son hermosos a la vista y hacen que las personas de cierta edad se sientan bien consigo mismas.
Universidad de Murcia