Trastornos Cognitivos en la Salud Mental

RESUMEN

Los terapeutas de todo el mundo están en una búsqueda constante de respuestas para entender mejor las enfermedades mentales. Entre estas, los trastornos cognitivos, como la demencia, el delirio y los trastornos inducidos por el alcohol, son objeto de estudios continuos. Estos trastornos comparten denominadores clásicos, incluida la pérdida de memoria, y la mayoría de los diagnósticos están vinculados a enfermedades cerebrales o biológicas, así como al alcoholismo y sustancias químicas relacionadas.

Las personas con trastornos cognitivos suelen tener dificultades para hablar, relacionarse con los demás y razonar. Su juicio a menudo se ve afectado y su capacidad de reconocimiento suele ser diferente a la de una mente normal.

Frecuentemente, estos pacientes sufren de depresión, irritabilidad, paranoia y otros síntomas que podrían ser fácilmente mal diagnosticados, ya que el trastorno bipolar presenta síntomas característicos similares.

El delirio, por ejemplo, afecta la conciencia y provoca confusión, alteraciones en el habla, pérdida de memoria, miedo e induce a la depresión, entre otros síntomas que complican la vida del paciente. Los síntomas físicos, como el aumento del ritmo cardíaco, las perturbaciones del sueño y las náuseas, también dificultan que los pacientes encuentren consuelo.

Estudios recientes han demostrado que los medicamentos pueden incrementar los síntomas de estos trastornos, incluyendo accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos y desequilibrios. Por ejemplo, la demencia, un tipo de enfermedad de Alzheimer, causa pérdida de memoria, dificultades de aprendizaje y trastornos del lenguaje. Problemas crónicos como el SIDA, los accidentes cerebrovasculares y las insuficiencias cardíacas pueden inducir demencia, llevando a la persona a experimentar problemas de higiene personal, juicio pobre, evitación y cambios de personalidad.

Es crucial evitar el alcohol si se presentan síntomas de enfermedad mental, ya que solo aumenta las interrupciones de los síntomas y causa más daño al paciente.

Muchos enfermos mentales recurren al alcohol o a las drogas buscando alivio a su sufrimiento, lo cual no es una solución y debe evitarse a toda costa. Los trastornos inducidos por el alcohol se clasifican dentro de los trastornos cognitivos porque los síntomas están relacionados, y muchos diagnósticos son el resultado directo del consumo de sustancias.Estos trastornos son a menudo complicados de tratar, pero es posible hacerlo. Requiere que la persona desee liberarse de las sustancias, siendo la aceptación el inicio de la recuperación. A veces, los alcohólicos o adictos son tratados con medicamentos para sus impedimentos físicos.

Se ha observado que la administración excesiva de medicamentos puede desencadenar síntomas de alcoholismo. Se administra frecuentemente una alta dosis de complejo B a pacientes en terapias ambulatorias intensivas donde el alcohol y las drogas son el problema.

En la actualidad, el alcoholismo está afectando incluso a niños, y es momento de tomar medidas para detener el aumento del alcoholismo y las adicciones a las drogas antes de que sea demasiado tarde. Los terapeutas buscan constantemente maneras de resolver las muchas enfermedades mentales que existen hoy. Al estudiar, descubren que hay más problemas de los que se esperaba, lo que a veces ralentiza su progreso, ya que los nuevos descubrimientos les obligan a centrarse temporalmente en esos problemas, relegando otros diagnósticos o vinculándolos entre sí.La enfermedad mental, ya sea alcoholismo u otro diagnóstico, no es un juego. Millones de personas en todo el mundo sufren diariamente y raramente reciben la atención que merecen.

Todos merecemos cuidado, especialmente aquellos con enfermedades mentales.

Reflexionando sobre esto, ¿cómo podemos mejorar nuestra comprensión y enfoques hacia los trastornos cognitivos para proporcionar un apoyo real y efectivo a quienes más lo necesitan?