Objetivos: En 1935 Kraepelin describe el “delirio paranoide de los sordos y duros de oído” como un cuadro paranoide que se produce en situaciones de depravación sensorial, y que asienta sobre una base disposiciones o caracterial en sujetos con rasgos de inseguridad.
Material y métodos: Paciente varón de 72 años, con ceguera total. Es traído a Urgencias por la familia por presentar sintomatología delirante de perjuicio desde hace dos semanas. No presenta antecedentes personales ni familiares de salud mental. Refiere que las personas con las que convive le están envenenando la comida y le quieren matar. A la exploración se muestra colaborador, consciente y orientado. Verborreico, discurso delirante de perjuicio con importante repercusión conductual, irritable, hostil. No se objetivan alteraciones sensoperceptivas ni ideación autolítica. insomnio global de tres días, con cese de la ingesta y pérdida de 8 kilos de peso. La pérdida de visión ha sido progresiva en los últimos años debido a una retinopatía diabética, manteniendo una ceguera total desde hace dos años. Se inicia tratamiento con Paliperidona 6mg 1-0-1 y Clonazepam 0. 5mg 1-1-1 y tras varios días ingresado, los contenidos delirantes comienzan a remitir, realizando crítica total del episodio sucedido y recuperando tanto la personalidad premórbida como la relación de cordialidad con su familia.
Discusión: Existen tres formas clínicas de delirio paranoide de los ciegos; la primera es coetánea con la ceguera, en la segunda un conflicto ambiental desencadena el delirio en un antiguo ciego, y en la tercera la psicosis aparece más tardíamente.
1. Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental, Hospital Universitario Puerta del Mar 2. CTS/391 Grupo Multidisciplinar para el Progreso de la Salud Mental, Universidad de Cádiz,