Los cuadros delirantes orgánicos, sin déficits intelectuales asociados apreciables pueden confundirse clínicamente con facilidad con psicosis funcionales, cobrando entonces especial importancias las pruebas complementarias y por supuesto la realización de una exploración adecuada y de una recogida exhaustiva de los antecedentes del paciente. Presentamos un caso de un paciente de 80 años que comenzó el año previo a la consulta con alucinaciones olfativas, evolucionando posteriormente a un cuadro delirante en el que pensaba que sus familiares vertían productos químicos en su comida para envenenarlo, sin antecedentes psiquiátricos previos.
Presentaba antecedentes de una cirugía y embolización de Malformación Arterio Venosa temporal (realizada cuatro años antes de su contacto con psiquiatría) . En la RMN que solicitamos se apreciaba un área de encefalomalacia parieto temporo occipital secundaria a dicha intervención y en el EEG se aprecia actividad bioeléctrica anormal en dichas zonas cerebrales. Durante la entrevista inicialmente el paciente refería ánimo bajo reactivo a problemática de índole familiar, aunque al ganar confianza con el clínico refiere ideación delirante autorreferencial de perjuicio centrada en su familia, a la que hacía responsable de los olores que percibía, hasta tal punto de denunciarlos ante la policía. Presentaba ideación autolítica semiestructurada (“si viviese en un sexto y no en un primero, ya no estaría aquí”. No presentaba déficits mentales ni mnésicos apreciables durante la entrevista. Fue diagnosticado de Cuadro delirante de causa orgánica, y se inicio tratamiento con neurolépticos con adecuada evolución clínica.
1Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, Murcia, Spain.