La información contenida en esta página web está dirigida exclusivamente al profesional sanitario.
Esta página web utiliza cookies para facilitar su navegación y realizar estudios y estadísticas de navegación. Puede deshabilitarlas en su navegador, pudiendo en tal caso limitarse la navegación y servicios del sitio web. Si no las deshabilita y continúa navegando, está consintiendo la utilización de las cookies de este sitio. Para más información consulte nuestra sección de Avisos Legales e información de cookies. Al pulsar "acepto" reconoce haber leído y estar de acuerdo con nuestra última modificación en las condiciones legales.
Toda la información incluida en la Página Web está referida a productos del mercado español y, por tanto, dirigida a profesionales sanitarios legalmente facultados para prescribir o dispensar medicamentos con ejercicio profesional. La información técnica de los fármacos se facilita a título meramente informativo, siendo responsabilidad de los profesionales facultados prescribir medicamentos y decidir, en cada caso concreto, el tratamiento más adecuado a las necesidades del paciente.
Configura las cookies que desees en tu navegación:
Creencia delirante de que uno está siendo controlado en su cuerpo o mente por personas o dispositivos.
Lleva a una persona a creer que sus pensamientos, sentimientos, creencias y conductas están controlados y dirigidos por una fuerza externa. Es característico de algunas formas de esquizofrenia.
Características de los delirios:
- Le persona está convencida de su veracidad. - Originan Preocupación - Falta de evidencias que prueben lo que dice la persona. - Provocan malestar significativo - No son creencias compartidas por otros
Sinónimo: ecmnesia, recuerdos alucinatorios (W. Bechterew). Para F. Alonso Fernández consiste en vivir un recuerdo como si fuera presente. Existen dos formas, una alucinatoria y otra delirante. En la alucinatoria el paciente puede presentar alucinaciones auditivas iguales a una conversación que el sujeto tuvo hace años o bien alucinaciones visuales de hechos acaecidos esos años.
Sinónimo: delirio paranoide olfatorio. Delirio en el cual el paciente piensa que huele mal. Se produce como consecuencia de las alucinaciones olfativas egocéntricas.
Francia permaneció fiel a la consideración de los delirios crónicos fuera de las esquizofrenias para de este modo evitar lo que ellos consideraban una sobreextensión del concepto de esquizofrenia. El término fue introducido en 1886 por Jacques-Joseph Valentin Magnan.
Siguiendo a Henry Ey los delirios crónicos o psicosis delirantes crónicas pueden ser divididos en:
1. Sin evolución deficitaria
-Psicosis delirantes sistematizadas (paranoias): delirios pasionales (celotipico, erotomaníaco) y de interpretación de Sérieux y Capgras, delirio sensitivo de relación de Kretschmer.
-Psicosis alucinatorias crónicas. Viene caracterizada por la abundancia de los fenómenos alucinatorios, fue por este motivo llamada locura sensorial, paranoia alucinatoria y delirio alucinatorio crónico. No va acompañada de un deterioro de la personalidad.
-Psicosis fantásticas. Caracterizada por la presencia de un delirio fantástico, paralógico, con predominio de la fabulación sobre las alucinaciones.
2. Con evolución deficitaria: Formas paranoides de la esquizofrenia.
Barry Reisberg distinguen los siguientes delirios que se pueden presentar en las demencias seniles: delirio de la gente me roba cosas; delirio de esta casa no
es mía; delirio de que mi marido o mi mujer (u otro cuidador) es un impostor; delirio de abandono; delirio de infidelidad; otros delirios (delirios respecto a familiares fallecidos, delirios de dobles, invitado fantasma, etc.). Muchos de estos delirios no son delirios como tal sino fenómenos secundarios a las agnosias visuales (agnosias para las fisonomías).
Es el delirio que puede aparecer en las depresiones. Clásicamente ha existido una controversia en el hecho de considerar a este delirio como primario o como secundario o deliroide, es decir montada sobre el fondo depresivo-angustioso y en cierto modo comprensible.
Los delirios propiamente depresivos adoptan tres temas: la culpa, la ruina y la enfermedad.
Para Kurt Schneider se trata de la revelación de las tres angustias primordiales del hombre.
Para J.J. López Ibor los tres temas responden a las relaciones del ser humano con su cuerpo, que origina el delirio hipocondríaco; la relación del sujeto con su mundo que origina el delirio de ruina y la relación consigo mismo que origina el delirio de culpa.
Los delirios de culpa pueden referirse al estado actual, pueden tener un carácter prospectivo, refiriéndose al futuro, o, lo que es más frecuente, referirse al pasado.
Veamos ejemplos de cada uno de ellos.
Yo en realidad no estoy enfermo, lo que soy es un perro, un vago y la gente en el trabajo lo nota.
En casa me ocurre igual, llego a casa y me tiendo en la cama y no salgo de ella, no me levanto ni para comer. Ahora se me ha metido en la cabeza que me van a quitar la pensión y me llevo todo el día pensando en eso. Es que creo que la gente se ha dado cuenta de que yo tengo mucho cuento y de que no merezco la pensión. No voy a ser capaz de llevar mi casa. Con mi madre me porté muy mal, me enfadaba cuando ella salía con sus amigas, no quería que me dejara sola en casa. Con mi marido me ocurrió igual, yo he sido muy egoísta con él. Yo tengo la culpa de que mi madre se separara de mi padre. Yo he tenido la culpa de todo lo que ocurrió en casa
Pero en las depresiones pueden presentarse otros delirios, generalmente paranoides a veces acompañados de alucinaciones, que son denominados en el DSM-IV-TR, como síntomas psicóticos no congruentes con el estado de ánimo, siendo los delirios de culpa, ruina e hipocondríacos, acompañados o no de alucinaciones como síntomas psicóticos congruentes con el estado de ánimo.
Sinónimo: parasitofobia, acarofobia, delirio de parásitos. En el aparecen alucinaciones táctiles, a veces acompañadas de alucinaciones visuales o ilusiones y que son interpretadas como procedentes de una infestación de parásitos.
Término acuñado en 1866 por Bénedict-Augustin Morel para referirse a un grupo de pacientes que más tarde serían considerados como obsesivos compulsivos o ansiosos. Consideraba que este trastorno era debido a una desregulación del sistema nervioso ganglionar.