El estrés y la enorme carga asistencial sufrida por los profesionales sanitarios ha llevado a aumentar el consumo de tranquilizantes e hipnóticos del 19 al 30 por ciento durante la pandemia. Así lo reflejan los resultados del estudio ‘Repercusiones de la Covid-19 sobre la salud y el ejercicio de la profesión de los médicos de España’, realizado por la Organización Médica Colegial junto a Mutual Médica.
"Es evidente que los médicos tienen un acceso directo a los psicofármacos y este puede ser un factor de riesgo. En una situación de alto estrés lógicamente puede acudir a estos productos para paliar este malestar y puede haber un incremento de estas sustancias", detallaba Luis Morales, presidente de Mutual Médica.
La pandemia también ha hecho que aumente el consumo de alcohol entre los profesionales sanitarios -el 7 por ciento reconoce beber bastante o mucho tras la pandemia- mientras que la actividad física ha disminuido del 50 al 28 por ciento.
La presión ha sido tal que al 34 por ciento de los médicos españoles se le llegado a pasar por la cabeza 'colgar la bata' tras luchar en primera línea y el 3, 9 por ciento afirma que, finalmente, lo hará. Un 20 por ciento, asegura que, si es posible, se jubilará antes de tiempo, según los datos del estudi realizado entre 267. 995 profesionales del SNS.
Entre los motivos, este estudio señala la sobrecarga asistencial a la que se han tenido que enfrentar los facultativos con la llegada del virus, sumando, de media 3 horas a su jornada semanal, ya de por sí extensa. Antes de la pandemia, un 44 por ciento de médicos trabajaba más de 40 horas y el 24 por ciento más de 50. Ahora más del 35 por ciento supera este umbral.
Insomio e irritabilidad, principales secuelas
Esto, sumado a los dilemas éticos a la hora de priorizar pacientes que han sufrido a menudo el 70 por ciento de ellos, ha hecho que uno de cada seis sufran 'burnout', se haya triplicado la sensación de estas sobrepasados y "no poder más" y hayan aparecido síntomas comunes como el "insomnio y la irritabilidad". De hecho, el 26 por ciento asegura que duerme menos de 6 horas, frente al 14 por ciento que se registró antes de la pandemia y un 33 por ciento todavía tiene problemas para conciliar el sueño.
Después de cuatro oleadas de contagios, el número de medicos con estrés, dolor o fatiga se ha duplicado, pasando del 30 al 60 por ciento y la sensación de tener mala salud es 3 veces mayor, sobre todo en las mujeres. 1 de cada 4 facultativas considera que su estado de salud es regular o malo.
"Cuidarse no es una opción, es un imperativo deontológico"
A ello se suman las bajas provocadas por contagio que han afectado al 25 por ciento de los profesionales, cinco veces más que las registradas entre la población general. El 80 por ciento, además, conoce a algún compañero que haya sufrudo la enfermedad, lo que, indirectamente se traduce en una sobrecarga de trabajo.
"Cuidarse no es una opción es un imperativo deontológico del médico", afirmaba Antoni Calvo, director de la Fundación Galatea, convencido de que los profesionales han sufrudo la agresión del Covid-19 de forma mucho "más grave" al no saber "ni como era, ni como tratarla, ni sus repercusiones".
Cuando llegó la segunda ola, la mitad se encontraba menos preparado a nivel físico y emocionalmente. A pesar del esfuerzo, el reconocimiento no era el adecuado, explica Morales. "Tener que aguantar como te miran los vecinos porque vienes de un hospital. . . . . Muchas medallas, pero a la hora de la verdad, se han quedado en 0 en solidaridad con los medicos".
El apoyo sí ha venido por parte de sus compañeros y equipos, sintiéndose respaldados por estos en el 83 por ciento de los casos, y por parte de sus pacientes. Por contra, solo uno de cada tres médicos ha percibido el apoyo de su organización y de los gerentes y directivos de sus centros de trabajo.
"Es imprescindible que los profesionales sanitarios cuenten con el máximo apoyo porque son el pilar fundamental de nuestro sistema sanitario", defendía Tomas Cobo como presidente de la OMC.