Debido a la pandemia del SARS-CoV2-19 y las restricciones de contacto y movilidad que se crearon, se tuvo que recurrir a otras vías para poder seguir dando terapias y ayudando a pacientes en el tratamiento de trastornos psiquiátricos. De hecho, hace años que se empezaron a utilizar las herramientas de la tecnología como vía de trabajo en terapias, pero en los últimos años su uso ha aumentado mucho, principalmente en adolescentes y niños.
En la revista European Child & Adolescent Psychiatry se ha publicado un artículo que analiza el establecimiento de intervenciones de salud digital (DHI), debido a que ofrece un amplio espectro de métodos que van desde el aumento de la terapia cara a cara hasta DHI independiente. El objetivo de este estudio fue evaluar la eficacia que tenía, es decir; para que grupos de pacientes es más adecuado, cuáles son los requisitos previos y las principales ventajas y desventajas en comparación con las terapias cara cara.
Este tipo de terapias fueron implementadas en muchos trastornos diferentes; como los trastornos alimentarios, la psicosis, los trastornos obsesivo-compulsivos, la dislexia, los trastornos de coordinación, los trastornos de conducta con comportamiento disruptivo, los tics o el insomnio. Por otro lado; para aplicar las terapias utilizaron como herramientas principalmente ordenadores personales que ofrecen la más amplia gama de aplicaciones, que van desde la psicoeducación en juegos serios o módulos escritos o en vídeo pasando por el entrenamiento de funciones cognitivas hasta sesiones de vídeo. También, se utilizaron tablets para mejorar las capacidades de atención o las habilidades sociales y comunicativas a través de aplicaciones.
Aunque, es cierto, que se observó que para llevar a cabo una buena práctica clínica con los pacientes, debían cumplir una variedad de requisitos previos y precauciones. Una descripción general de los requisitos previos prácticos, son los aspectos personales sobre la seguridad de los datos y los marcos legales regionales hasta la relevancia de las situaciones terapéuticas inestables, incluida la tendencia suicida.
Además, en el análisis de beneficios y desventajas frente a la terapia cara cara; destacaron muchos aspectos positivos como; tener psicoterapeutas muy especializados, accesibilidad a personas con restricción de movilidad, miedos o estigmas, o incluso personas con restricción de contacto como en SARS-CoV 2-19. También, la gran variedad que tiene al haber muchos métodos diferentes; videoconferencia, correo electrónico, online. . No obstante, también tiene limitaciones; ya que hay personas sin conexión a internet, barreras en la competencia del uso de tecnología, pérdida de lenguaje no verbal…
Finalmente, se observó que las DHI son intervenciones terapéuticas prometedoras para niños y adolescentes con trastornos psiquiátricos destacando la depresión y los trastornos de ansiedad, ya que ha demostrado ser tan efectiva como la terapia cara a cara. La tecnología es el futuro, y debemos avanzar con ella utilizando todos sus aspectos positivos para así sacar su mayor beneficio.