La depresión explica la carga predominante asociada con el trastorno bipolar. La identificación y el manejo de la depresión bipolar son desafiantes, ya que la depresión bipolar difiere de la depresión unipolar, respondiendo mal a los antidepresivos tradicionales, que también pueden inducir un cambio a hipomanía / manía, estados mixtos y / o causar un ciclo rápido.
Las opciones de tratamiento actuales para la depresión bipolar son limitadas y las pautas varían mucho en sus recomendaciones, lo que refleja lagunas e inconsistencias en la base de evidencia actual. Además, algunas opciones de tratamiento, como la quetiapina y la olanzapina-fluoxetina, aunque claramente eficaces, pueden asociarse con efectos secundarios cardiometabólicos adversos, que pueden ser perjudiciales para la salud física y el bienestar a largo plazo de los pacientes, lo que aumenta la probabilidad de tratamiento. no adherencia y recaída.
La evidencia de algunas opciones terapéuticas más recientes, como la lurasidona y la cariprazina, sugiere que los síntomas de los pacientes se pueden manejar de manera efectiva sin comprometer su salud física. Además, los nuevos agentes que se dirigen a vías neurotransmisoras alternativas y procesos inflamatorios (como la ketamina y la N-acetilcisteína) están emergiendo como opciones potenciales prometedoras para el tratamiento de la depresión bipolar en el futuro.
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