Las exposiciones nocivas durante el embarazo, incluidas algunas que se producen incluso antes de que se conozca el embarazo, parecen aumentar significativamente el riesgo de que un niño sufra problemas psiquiátricos o de conducta en los primeros años de su vida, informan investigadores del hospital General de Massachusetts, en Estados Unidos, en un estudio publicado en la revista de acceso abierto 'PLOS ONE'.
En su estudio sobre 9. 290 niños de entre 9 y 10 años que vivían en 21 comunidades de Estados Unidos, los investigadores descubrieron que los menores sometidos durante el embarazo a dos o más de las seis exposiciones adversas eran significativamente más propensos a tener puntuaciones clínicamente significativas en la Lista de Comprobación del Comportamiento Infantil (CBCL), lo que indica un mayor nivel de problemas como depresión, dificultades de atención o ansiedad.
Las exposiciones adversas prenatales son el embarazo no planificado; el consumo materno de alcohol, tabaco o marihuana antes de que se reconociera el embarazo; las complicaciones durante el embarazo (como la hipertensión arterial o la diabetes gestacional); y las complicaciones durante el parto. El nacimiento prematuro o el parto por cesárea no se asociaron a un mayor riesgo.
"Aunque individualmente estos factores se habían asociado previamente con riesgos similares en estudios anteriores, a menudo más pequeños, esta es la primera vez que pudimos medir el efecto de las exposiciones acumulativas, que fueron bastante dramáticas", dice el autor principal Joshua L. Roffman, director de la Iniciativa de Desarrollo Cerebral Temprano del Mass General.
Por ejemplo, mientras que los niños que no tuvieron ninguna exposición durante el embarazo de su madre sólo tenían un 7% de probabilidades de desarrollar síntomas psiquiátricos clínicamente significativos, este riesgo aumentaba de forma pronunciada y lineal, de modo que los que tenían cuatro o más exposiciones tenían un 29% de probabilidades de presentar síntomas clínicamente significativos.
Como informan los investigadores en su estudio observaron patrones similares en una serie de síntomas específicos, desde el estado de ánimo y la ansiedad hasta los trastornos de la atención y el pensamiento.
Las asociaciones entre las exposiciones prenatales y los síntomas psiquiátricos en la infancia se mantuvieron incluso cuando los investigadores tuvieron en cuenta otros factores que podrían distorsionar los resultados, como la situación socioeconómica de la madre o las exposiciones posteriores al nacimiento que se sabe que aumentan el riesgo de que un niño sufra trastornos psiquiátricos, como un acontecimiento vital traumático.
Para validar sus hallazgos, Roffman y sus colegas también los probaron en un grupo separado de hermanos no gemelos que diferían en sus exposiciones durante el embarazo, y aquí también los datos mostraron que el hermano con el mayor número de exposiciones tenía un mayor riesgo de síntomas más graves.
Una limitación de los resultados es que se basan en el recuerdo de la madre de los acontecimientos durante el embarazo, aunque la frecuencia de los acontecimientos adversos siguió de cerca las tendencias nacionales. El estudio no midió los efectos de las infecciones maternas ni del estrés durante el embarazo, aunque cada uno de ellos se ha asociado también a un mayor riesgo en estudios anteriores.
Dados los efectos aditivos de las exposiciones comunes que estudiaron, Roffman y sus colegas especulan que el 'suelo' de riesgo de síntomas psiquiátricos puede haberse elevado para los niños nacidos durante la pandemia de COVID-19.
"Nuestros hallazgos refuerzan la importancia del entorno prenatal para la salud del cerebro y para reducir el riesgo de síntomas psiquiátricos en la infancia. Esto hace más urgente la necesidad de descubrir, desarrollar y poner en práctica intervenciones en las primeras etapas de la vida que mitiguen algunos de estos riesgos", afirma Roffman, que también es profesor asociado de psiquiatría en la Facultad de Medicina de Harvard (HMS).
