MENU

PUBLICIDAD

Me Gusta   0 Comentar    0

Actualidad y Artículos | Psiquiatría general   Seguir 83

Noticia | 11/09/2021

Comunicación médico y paciente



0%

Vivimos un tiempo en el que las prisas y las preocupaciones nos impiden mirarnos a los ojos y escucharnos. Posiblemente por eso, y porque confían en nosotros, las personas que acuden a nuestras consultas esperan sobre todo que les escuchemos. Pero en la mayoría de los casos, lo único que encuentran son pruebas y recetas, más pruebas y más recetas.


Gregorio Marañón decía que la herramienta más importante de la que dispone el médico es la silla y parece que se ha olvidado. En todo esto podrían considerarse tres factores que coinciden en algún punto para conformar esta realidad.


Por un lado, la formación académica de los médicos, tanto en el pregrado como en el postgrado, no está centrada en la salud y las personas sino en la enfermedad como protagonista. En la década de los 90 la medicina basada en pruebas nació como una necesidad de disminuir la variabilidad en la práctica médica y la incertidumbre en la toma de decisiones clínicas. Sin embargo, a pesar de los numerosos ensayos clínicos solo un 15 % de los tratamientos que empleamos habitualmente han demostrado su beneficio.


Por otro lado, está la organización sanitaria. Nos han enseñado a cosificar a los pacientes, a defendernos de sus y nuestras emociones y de poner todos los obstáculos posibles para la buena comunicación humana: tiempo escaso, deslumbramiento por la tecnología avanzada y resultados rápidos como si la atención sanitaria fuese una fábrica de tornillos. En los hospitales y consultas abarrotadas a menudo las personas son números, diagnósticos, fuente de enfado y frustración.


El tercer factor sería la medicalización de la vida. Estamos aprendiendo en nuestras casas, en los medios de comunicación y de la sociedad en general a consumir de forma compulsiva y creciente recursos sanitarios. Se convierte a los sanos en enfermos, se crean enfermedades de dudosa entidad real a las que se asocian uno o varios medicamentos nuevos, se transforma la vida en enfermedad convirtiendo a la embarazada en una enferma en lugar de una mujer feliz, se somete a riesgos innecesarios de radiación a la población por motivos banales, y se acaba generando un miedo a la vida.


Y en esta comunicación de médico y paciente se trata de aprender a practicar la “medicina asertiva”, como la denominan algunos autores, entendiendo por asertividad la expresión y la defensa de los derechos y opiniones de una forma honesta, directa y apropiada, sin violentar los derechos de los demás, y basándose en el respeto de las opiniones, valores y decisiones del otro. No debemos olvidar que la salud es un derecho y no una obligación, y que la relación médico-paciente es una colaboración entre dos expertos: el médico, que es experto en el conocimiento de su ciencia, y el paciente, que es un experto en sí mismo.


La salud no debe imponerse, sino consensuarse, proporcionando sobre todo una buena información, de manera que el paciente pueda ser una parte implicada en su tratamiento y evolución. Y esta información de calidad no supone solo explicar al paciente aspectos relativos a su enfermedad, tratamientos y evolución, sino también cuáles son las reacciones emocionales que enfermedad, tratamiento y evolución suelen desencadenar, así como las posibles consecuencias familiares, sociales y laborales.


La comunicación en medicina es algo más que información, es una oportunidad para ayudar. Quizás no sirva para curar, pero sí para que ambos interlocutores, médicos y pacientes, se encuentren mejor consigo mismos en todos los sentidos.


Todos los pacientes están en un estado de fragilidad y vulnerabilidad que afecta también a su capacidad de juicio, a su capacidad de tomar decisiones y a su capacidad de entendimiento. De ahí la importancia de una buena comunicación médico-paciente, porque cuando una persona no entiende bien lo que se le está diciendo se puede dar un problema de incumplimiento terapéutico.


Se ha observado un mayor deterioro de la relación médico-paciente en el ámbito hospitalario que en en la atención primaria, donde los profesionales siempre han sido más sensibles a la importancia de preservar la intimidad y la confidencialidad. Los hospitales son un búnker, con salas de espera y habitaciones compartidas, donde se vulnera repetidamente la intimidad.


Son muchas las voces que vienen reclamando “tiempo” como el mayor tesoro que puede ofrecer el médico a sus pacientes. Tiempo para escuchar, tiempo para observar, tiempo para reflexionar, tiempo para valorar los determinantes psicosociales que rodean al paciente. Los médicos quieren recuperar el humanismo en medicina, y los pacientes también.

Fuente: Univadis
Url corta de esta página: http://psiqu.com/2-65475

Comentarios de los usuarios



No hay ningun comentario, se el primero en comentar


-Publicidad

Síguenos en las redes

desvenlafaxina antidepresivos
Publicidad

LIBRO RECOMENDADO

GOLDBERG, STAHL. PSICOFARMACOLOGÍA PRÁCTICA

Goldberg y Stephen M. Stahl. Prologo de Alan F. Schatzberg. Durante las últimas cuatro décadas, l...

COMPRAR AQUÍ

VER MÁS LIBROS RECOMENDADOS

Mindfulness práctico para clínicos: El modelo de la Universidad de Zaragoza

Inicio: 05/06/2024 |Precio: 150€

Ver curso