En los Estados Unidos, millones de adolescentes informan tener mala salud mental, donde 1 de cada 5 adolescentes considera el suicidio. Reducir el estigma y fomentar el apoyo de los compañeros sigue siendo fundamental para las intervenciones y los programas de salud mental positivos. Cada vez más, las herramientas digitales de salud mental han surgido con gran promesa, aprovechando l...
En los Estados Unidos, millones de adolescentes informan tener mala salud mental, donde 1 de cada 5 adolescentes considera el suicidio. Reducir el estigma y fomentar el apoyo de los compañeros sigue siendo fundamental para las intervenciones y los programas de salud mental positivos. Cada vez más, las herramientas digitales de salud mental han surgido con gran promesa, aprovechando las redes sociales. A pesar del potencial, existe una comprensión limitada de estos programas integrales y su implementación.
El objetivo de este estudio investiga un programa piloto de capacitación en salud mental digital (Be Present) para jóvenes, que describe específicamente el impacto en los resultados del comportamiento de los jóvenes y la participación de los usuarios e identifica a los jóvenes de alto riesgo en las primeras fases de la prevención.
La elegibilidad incluía a los residentes de Ohio (de 14 a 22 años) para inscribirse como Amigo o Defensor de pares. Desde el 1 de mayo hasta el 1 de junio de 2019, los participantes completaron el curso de capacitación de Advocate y realizaron encuestas de prueba previa y posterior. Los análisis descriptivos de un solo brazo midieron los resultados de los jóvenes (autoeficacia, intenciones, comportamientos, apoyo social, conocimiento y fuentes de fortaleza) y el compromiso y el riesgo evaluado según las respuestas de la encuesta.
Participaron un total de 65 adolescentes, de los cuales 54 completaron las encuestas de prueba previa y posterior. La mayoría de los participantes incluyó mujeres blancas no hispanas. Los resultados ilustraron un aumento significativo en el autoinforme de las derivaciones para servicios de salud mental, así como en las percepciones que los jóvenes tenían de recibir apoyo social; sin embargo, no se encontraron diferencias significativas para las medidas de autoeficacia, conocimiento y fuentes de fortaleza entre las encuestas pretest y postest. Aproximadamente dos tercios de los participantes completaron todos los módulos de capacitación de Advocate y observamos una disminución gradual en la participación. La mayoría de los encuestados que recibieron mensajes de respuesta de alto riesgo escalonados se identificaron como mujeres.
El piloto presentó una promesa para implementar un programa de salud mental digital centrado en el apoyo de pares, específicamente observando los resultados de comportamiento de los jóvenes informados y la participación de los usuarios e identificando a los jóvenes de alto riesgo.
Existen varias limitaciones dada la pequeña muestra no representativa y la falta de grupo de control. Todos los hallazgos deben considerarse preliminares a un ensayo más amplio y subrayan la viabilidad de ofrecer programas de capacitación en línea para reforzar la salud mental de los adolescentes. Dicha evaluación formativa resultó fundamental para la implementación e investigación futuras, ofreciendo oportunidades para mejoras sustanciales para los programas de salud mental digital del mundo real.
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