La deficiencia/insuficiencia de vitamina D es un problema de salud pública en todo el mundo. Según estudios epidemiológicos, los niveles bajos de vitamina D se han asociado con un mayor riesgo de algunos trastornos del neurodesarrollo, incluido el trastorno del espectro autista (TEA) y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
Los modelos animales revelan que la vitamina D tiene una variedad de impactos en las sinapsis y los circuitos del cerebro. La falta de vitamina D afecta la expresión de proteínas sinápticas, así como la síntesis y el metabolismo de varios neurotransmisores. Dependiendo de dónde se expresen los receptores de vitamina D (VDR), la vitamina D también puede regular ciertos circuitos neuronales a través de la señalización de endocannabinoides, la vía mTOR y la señalización de oxitocina. Aunque de manera inconsistente, algunos datos sugieren que la suplementación con vitamina D puede reducir los síntomas centrales del TEA y el TDAH.
Esta revisión enfatiza el papel de la vitamina D en los mecanismos sinápticos y de circuito de los trastornos del neurodesarrollo, incluidos los TEA y el TDAH.
La aplicación futura de la vitamina D en estos trastornos dependerá tanto de la investigación básica como de los estudios clínicos, para poder hacer la transición del banco a la cama.
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