El suicidio es una de las principales causas de muerte a nivel mundial en los jóvenes, y el comportamiento suicida y la autolesión son las principales preocupaciones clínicas.
Este artículo actualiza la revisión previa del profesional (2012) con el objetivo de integrar nuevas pruebas de investigación, incluida la informada en este número especial....
El suicidio es una de las principales causas de muerte a nivel mundial en los jóvenes, y el comportamiento suicida y la autolesión son las principales preocupaciones clínicas.
Este artículo actualiza la revisión previa del profesional (2012) con el objetivo de integrar nuevas pruebas de investigación, incluida la informada en este número especial.
El artículo revisa la evidencia científica relacionada con los pasos en la vía de atención para identificar y tratar a los jóvenes con riesgo elevado de suicidio / autolesión, específicamente: (a) detección y evaluación de riesgos; (b) tratamiento; y (c) estrategias de prevención del suicidio a nivel comunitario.
La revisión de la evidencia actual indica que se han logrado avances importantes en el conocimiento de las prácticas clínicas y preventivas para reducir el riesgo de suicidio y autolesiones en los adolescentes.
La evidencia respalda el valor de los evaluadores breves para identificar a los jóvenes con riesgo elevado de suicidio / autolesión y la eficacia de algunos tratamientos para el comportamiento suicida y de autolesión.
La terapia de conducta dialéctica actualmente cumple con los criterios de Nivel 1 (2 ensayos independientes que respaldan la eficacia) como el primer tratamiento bien establecido para la autolesión, y otros enfoques han demostrado eficacia en ensayos controlados aleatorios únicos. Se ha demostrado la efectividad de algunas estrategias comunitarias de prevención del suicidio para reducir la mortalidad por suicidio y las tasas de intentos de suicidio.
La evidencia actual puede guiar a los profesionales en la prestación de una atención eficaz para el riesgo de suicidio / autolesión juvenil. Los tratamientos y las intervenciones preventivas que abordan el entorno psicosocial y mejoran la capacidad de los adultos de confianza para proteger y apoyar a los jóvenes, al tiempo que abordan las necesidades psicológicas de los jóvenes, parecen producir los mayores beneficios.
Aunque se necesita investigación adicional, nuestro desafío actual es hacer nuestro mejor esfuerzo para utilizar efectivamente el nuevo conocimiento para mejorar la atención y los resultados en nuestras comunidades.
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