Nuestro objetivo era tipificar las características prosociales de los jóvenes agresivos.
Clasificamos a los adolescentes tempranos en función de configuraciones diarias de conducta prosocial y motivaciones prosociales autónomas (realizar una conducta prosocial por razones identificadas e intrínsecas) y motivaciones prosociales controladas (realizar una conducta ...
Nuestro objetivo era tipificar las características prosociales de los jóvenes agresivos.
Clasificamos a los adolescentes tempranos en función de configuraciones diarias de conducta prosocial y motivaciones prosociales autónomas (realizar una conducta prosocial por razones identificadas e intrínsecas) y motivaciones prosociales controladas (realizar una conducta prosocial por razones externas e introyectadas) y exploramos los vínculos entre los subgrupos obtenidos y agresión entre pares.
La muestra incluyó a 242 estudiantes israelíes de sexto grado [M edad = 11, 96 ( SD = 0, 18), 50% niñas] y sus profesores. A nivel diario, los adolescentes autoinformaron sobre conductas prosociales y sus motivaciones prosociales autónomas y controladas durante diez días consecutivos.
A nivel de rasgo, los adolescentes informaron sobre agresión global, reactiva y proactiva entre pares. Los profesores informaron sobre la agresión global entre pares de los adolescentes. Utilizando un análisis de perfiles latentes multinivel, identificamos cuatro perfiles de prosocialidad a nivel diario: 'alto prosocial autónomo' (39% de los días), 'bajo prosocial' (35%), 'prosocial controlado promedio' (14%) y 'alto'. "Bimotivación prosocial" (13%).
A nivel de adolescentes, identificamos cuatro subgrupos, cada uno caracterizado por un perfil diario dominante: "alta autonomía estable" (33% de los adolescentes); 'alta bimotivación estable' (12%); 'a menudo controlado en promedio' (16%); "a menudo bajo" (39%).
Los adolescentes más agresivos, particularmente proactivos y agresivos, tenían las menores posibilidades de estar en el subgrupo de "alta autonomía estable" de todos los subgrupos. Los adolescentes agresivos informados por los maestros tenían la menor probabilidad de estar en el subgrupo de "alta autonomía estable" y la mayor probabilidad de estar en el subgrupo "a menudo baja".
En resumen, la agresión entre pares es una función de la fenomenología configurada del comportamiento y las motivaciones prosociales, siendo los jóvenes con alta motivación autónoma y prosocial los menos agresivos.
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