El DSM-IV-TR define a estos trastornos como la aparición de síntomas emocionales o del comportamiento que sobrevienen dentro de los tres meses posteriores a un factor estresante.
La reacción debe ser desproporcionada al estrés y debe producir un deterioro significativo en el funcionamiento social u ocupacional.
Los factores estresantes están dentro de los considerados como experiencias normales (cambio de domicilio, enfermedad propia o de un familiar, problemas en el trabajo, problemas de pareja, separación, pérdida de empleo, etc.)
El DSM-IV-TR distingue varios tipos:
con ánimo deprimido;
con ansiedad;
con ansiedad y depresión;
con alteración de la conducta;
con alteración emocional y de la conducta e inespecíficos.
Aunque la mayoría suelen remitir con el paso del tiempo, algunos pueden tener una evolución crónica.