En 2013 iniciamos en el CSMM-HUPHM (área NO de la C. de Madrid) un estudio sobre un cuadro clínico con creciente incidencia en nuestro medio semiológicamente equivalente al trastorno Afectivo Estacional (TAE). Desde invierno de 2014, junto a la sintomatología propia del TAE, todos los pacientes adolescentes nos empezaron a describir una misma secuencia sintomática, llamativa por su similitud y por el horario de aparición (vespertino), un mismo complejo sintomático secuencial, que denominamos rumiación cognitiva-emocional (vórtex-ce), y cuya descripción no encontramos en la literatura internacional. La rumiación cognitiva-emocional, en sus formas más severas, está compuesta por irrupciones impredecibles de llanto, inundación intrusiva de pensamientos e ideas, ideas de muerte y en muchas de las mujeres adolescentes, de lesiones cutáneas autoinfringidas (LAI). El objetivo de un distractor terapéutico consiste en retirar la atención de la fuente de dolor con el fin de dirigirla y centrarla en otro tipo de estimulación. Conforme a la literatura especializada, y acorde con las expresiones de nuestras pacientes, las LAI serían un mecanismo sustitutivo del dolor psíquico por el físico, más concreto y manejable para el paciente; siendo la sangre, un potente estímulo visual que limitaría la continuación de los cortes. Nuestra hipótesis es que las LAI son reforzadas como conductas distractoras disfuncionales, pero capaces de finalizar el vórtex c-e. ; sumándose entonces a la secuencia. Los resultados del análisis, ponen de manifiesto la existencia de otros distractores, más utilizados por varones, que protegen frente a las LAI.
Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda