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Psíquico
Definición: De origen psicogénetico, no orgánico.
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Puede ser físico o psíquico. En el 90 % de los casos el abusador es el hombre. Es muy frecuente que el que abusa sea una persona con dependencia a sustancias y que ambos, abusador y abusado, estén intentando separarse.
Se llama así a la persona con dependencia al alcohol que presenta trastornos orgánicos o psíquicos producidos por éste.
La angustia normal para los fenomenólogos es menos acentuada que la neurótica. Ocurre en el plano de los sentimientos psíquicos, no implica reducción de la libertad y como tal sentimiento psíquico no tiene una localización corporal.
La distinción entre síntomas somáticos (tensiones musculares, inquietud, temblor, etc.) y síntomas psíquicos de la ansiedad, fue realizada en el año
2003 por el psiquiatra Conrad M. Swartz (1946--). Este autor consideró que la ansiedad somática respondía a los betabloqueantes y la psíquica a los inhibidores selectivos de la serotonina.
Sinónimo: síntoma señal, síntoma de alarma. Término introducido por Galeno. Se trata de un síntoma motor, sensorial, autonómico o psíquico que puede preceder a una crisis epiléptica parcial secundariamente generalizada o parcial con sintomatología compleja, generalizada secundariamente o no.
Véase bradifemia. Bradipragia. Véase bradicinesia. Bradipsiquia. Véase ritmo psíquico.
Dolor urente que puede tener un origen orgánico o psíquico.
Sinónimo: locura tensa. El término catatonía fue utilizado por primera vez en 1884 por Karl Ludwig Kahlbaum en su monografía La catatonía (Die Katatonie, oder das spannungsirresein) para referirse a una enfermedad mental que cursaba con síntomas psíquicos y motores (estereotipias, excitación psicomotora o estupor, fenómenos del eco, catalepsia, sugestionabilidad) y que correspondería a lo que hoy denominamos esquizofrenia catatónica y que atribuyó a una lesión cerebral. En la 6º edición de su tratado Emil Kraepelin consideró a la catatonía como una forma de demencia precoz. La catatonía no sólo se presenta en la esquizofrenia, también puede aparecer en la depresión, en la manía y en las enfermedades somáticas.
Para M. Cabaleiro Goas la conciencia es aquello que nos permite darnos cuenta de lo que nos rodea, así como darnos cuenta de nuestro propio cuerpo y de nuestro psiquismo. Para Eugen Bleuler la conciencia es el conocimiento del conocimiento propio. Karl Jaspers representa gráficamente la conciencia como un escenario en el que se mueven los fenómenos psíquicos. Este escenario puede volverse estrecho como ocurre en los estados crepusculares, o confuso, poco claro, como ocurre en los estados de obnubilación de conciencia.
La conciencia tiene tres cualidades básicas:
1) El grado de claridad o luminosidad. Esta claridad permite darnos cuenta de los contenidos de la conciencia. La máxima claridad ocurriría en la vigilia y el mínimo en el coma. El centro de la conciencia formaría la zona más clara de esta, en los alrededores
las zonas más oscuras, el preconsciente y el inconsciente.
2) La amplitud del campo. Representa el número de contenidos que se presentan simultáneamente en la conciencia. La conciencia de acuerdo a esta cualidad puede ser amplia o estrecha.
3) La ordenación de los contenidos de la conciencia. Los contenidos de la conciencia normalmente están ordenados y conectados entre sí, pero no siempre ocurre de esta manera, como acontece en algunos estados crepusculares.
Sinónimo: delirio esquizofrénico. Incluye el delirio de persecución, de referencia, de grandeza y control. Es el delirio propio de las esquizofrenias paranoides, aunque también puede aparecer en otros tipos de esquizofrenias.
Para M. Cabaleiro Goas este delirio se caracteriza por:
1) Arrancan de una vivencia delirante primaria, casi siempre de una percepción delirante.
2) Tienen un carácter primario, procesal y por tanto incomprensible. Es preciso aclarar que, como señala F. Alonso Fernández, la incomprensibilidad está más bien en el dasein (estar ahí), es decir en el hecho de haberse vuelto delirante.
3) Posee el carácter autoreferencial, el mundo está lleno de significaciones, es amenazante para su personalidad. J.J. López Ibor hablaba, en este sentido, de inversión de la flecha intencional. Los actos psíquicos son vividos como no procedentes de su propio interior y
dirigidos hacia fuera, sino que proceden de fuera y se dirigen hacia él. Tiene un carácter deficientemente sistematizado a diferencia del delirio paranoico. Puede estar plagado de contradicciones.
4) Forma parte de un trastorno de la actividad del yo.
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