Definición: Trastorno hereditario debido a una delección del brazo corto del cromosoma 5. Origina dismorfia craneofacial, retraso mental grave y un grito característico parecido al maullido del gato.
Hablamos de afectividad lábil cuando el paciente cambia rápidamente de expresión afectiva, así lo vemos pasar de la risa al llanto y nuevamente a la risa. Es frecuente en enfermos con demencia vascular.
Síndrome dependiente de la cultura. Se presenta en países iberoamericanos y en algunos otros de la cuenca mediterránea, sobre todo en la cultura gitana. Como precipitante de este síndrome suele presentarse un estrés de tipo familiar (fallecimiento de un familiar, discusión con el cónyuge, conflicto con los hijos, etc.). Se caracteriza por un episodio de agitación psicomotriz, con gritos, llantos, temblor, agresiones verbales o físicas, episodios seudoconvulsivos, gestos suicidas, etc. Una vez cedido el episodio puede quedar una amnesia de él.
Pena muy intensa que se acompaña de llanto.
Sinónimo: incontinencia emocional. En el paciente con incontinencia afectiva o emocional las emociones se exteriorizan de una manera exagerada esto origina crisis patológicas de risa o llanto. Los pacientes suelen reír o llorar a la menor provocación. El llanto espontáneo o provocado por nimiedades es propio de la parálisis seudobulbar.
Hablamos de labilidad afectiva cuando el paciente cambia rápidamente la expresión afectiva, así le vemos pasar de la risa al llanto y nuevamente a la risa. La labilidad afectiva es frecuente en los enfermos con demencia multiinfarto.
Llanto violento por motivos insignificantes. Se trata de una conducta que aparece con frecuencia en el trastorno negativista desafiante de los niños.
Se puede presentar en pacientes con lesiones orgánicas cerebrales. En este caso cuando el enfermo no puede realizar una tarea, que antes de la lesión podía realizar fácilmente, reacciona con crisis de llanto, ira hacia el examinador o abandono de la tarea.
Sinónimo: pavor nocturno. Los terrores nocturnos se originan en la primera mitad de la noche, cuando el sueño es más profundo (predominio del sueño lento en los estadios III y IV). Es un trastorno propio del niño que suele desaparecer al llegar a la adolescencia. El niño suele despertarse con gritos, llantos, agitado, con un gran componente vegetativo. A veces llega a incorporarse en un intento de salir del dormitorio. Suele durar unos minutos y al despertar se encuentran desorientados y no recuerdan nada de lo sucedido. Los terrores nocturnos suelen estar muy relacionados con el sonambulismo.
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