La percepción estable observada en individuos con trastorno del espectro autista (TEA) se relaciona con síntomas centrales de orden superior de la afección. Sin embargo, la base neural por la cual estos síntomas aparentemente diferentes se observan simultáneamente en individuos con TEA sigue sin estar clara.
Aquí, intentamos identificar dicho sustra...
La percepción estable observada en individuos con trastorno del espectro autista (TEA) se relaciona con síntomas centrales de orden superior de la afección. Sin embargo, la base neural por la cual estos síntomas aparentemente diferentes se observan simultáneamente en individuos con TEA sigue sin estar clara.
Aquí, intentamos identificar dicho sustrato neuroanatómico que vincula la estabilidad perceptiva con la rigidez cognitiva autista, una parte de las conductas repetitivas (RRB) restringidas al núcleo.
En primer lugar, utilizando una prueba de percepción visual biestable, medimos la estabilidad perceptiva de 22 adultos de alto funcionamiento con TEA y 22 individuos humanos con desarrollo típico de edad / IQ / sexo, y confirmamos una percepción visual muy estable en el autismo.
Luego, al emplear una prueba de cambio de tareas espontáneas, identificamos que los individuos con TEA tenían más probabilidades de repetir la misma tarea de forma voluntaria y espontánea, y ese comportamiento rígido de cambio de tareas se asoció con la gravedad de sus síntomas de RRB. Luego comparamos estos comportamientos perceptivos y cognitivos y encontramos una correlación significativa entre ellos para los individuos con TEA.
Finalmente, identificamos que este enlace de comportamiento estaba respaldado por un volumen de materia gris (GMV) más pequeño del lóbulo parietal superior posterior (pSPL) en individuos con TEA. Además, este GMV más pequeño en el pSPL también se asoció con los síntomas de la RRB y se replicó en dos conjuntos de datos independientes.
Nuestros hallazgos sugieren que el pSPL podría ser uno de los mediadores neuroanatómicos de la inflexibilidad cognitiva y perceptiva en el autismo, lo que podría ayudar a una comprensión biológica unificada de los mecanismos que sustentan los diversos síntomas de este trastorno del desarrollo.
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