Los comportamientos sociales, es decir, cómo los individuos actúan de manera cooperativa y competitiva con sus congéneres, se observan ampliamente en todas las especies. Los roedores muestran diversos comportamientos sociales y se han utilizado muchos paradigmas de comportamiento diferentes para investigar las bases de sus circuitos neuronales.
El comportamiento social es muy...
Los comportamientos sociales, es decir, cómo los individuos actúan de manera cooperativa y competitiva con sus congéneres, se observan ampliamente en todas las especies. Los roedores muestran diversos comportamientos sociales y se han utilizado muchos paradigmas de comportamiento diferentes para investigar las bases de sus circuitos neuronales.
El comportamiento social es muy vulnerable a la disfunción de la red cerebral causada por afecciones neurológicas y neuropsiquiátricas como los trastornos del espectro autista (TEA).
El estudio de modelos de TEA en ratones proporciona una vía prometedora para dilucidar los mecanismos del comportamiento social anormal y los posibles objetivos terapéuticos para el tratamiento.
En esta revisión, describimos los avances recientes y los hallazgos clave sobre los mecanismos de los circuitos neuronales que subyacen al comportamiento social, con especial énfasis en los estudios con roedores que monitorean y manipulan la actividad de circuitos específicos utilizando enfoques modernos de neurociencia de sistemas.
El comportamiento social está mediado por una red distribuida en todo el cerebro entre las corticales principales (p. ej. , corteza prefrontal medial (mPFC), corteza cingulada anterior y corteza insular (IC)) y subcorticales (p. ej. , núcleo accumbens, amígdala basolateral (BLA) y área tegmental ventral), influenciadas por múltiples sistemas neuromoduladores (p. ej. , oxitocina, dopamina y serotonina).
En particular, prestamos especial atención a la CI como un área cortical única que media la integración multisensorial, la codificación de la interacción social continua, la toma de decisiones sociales, la emoción y la empatía.
Además, una síntesis de estudios que investigan modelos de ratones con TEA demuestra que las disfunciones en los circuitos y la neuromodulación mPFC-BLA son prominentes. Los rescates farmacológicos mediante la administración local o sistémica (p. ej. , oral) de diversos fármacos han proporcionado pistas valiosas para desarrollar nuevos agentes terapéuticos para el TEA.
Los esfuerzos futuros y los avances tecnológicos impulsarán las próximas fronteras en este campo, como la elucidación de la actividad de la red cerebral y la dinámica neuronal intercerebral durante interacciones sociales reales y virtuales, y el establecimiento de terapias basadas en circuitos para trastornos que afectan las relaciones sociales. funciones.
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