La intersección entre los trastornos alimentarios y la esquizofrenia (SCZ) representa un campo de estudio emergente y complejo. Tradicionalmente, la investigación ha enfocado predominantemente en los comportamientos de ingesta excesiva asociados con el uso de antipsicóticos, tales como los atracones, debido a los aumentos en el apetito y los efectos secundarios metabóli...
La intersección entre los trastornos alimentarios y la esquizofrenia (SCZ) representa un campo de estudio emergente y complejo. Tradicionalmente, la investigación ha enfocado predominantemente en los comportamientos de ingesta excesiva asociados con el uso de antipsicóticos, tales como los atracones, debido a los aumentos en el apetito y los efectos secundarios metabólicos que estos medicamentos frecuentemente inducen.
Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que los patrones de alimentación restrictiva, incluida la anorexia nerviosa (AN), podrían ser más prevalentes en individuos con SCZ que en la población general. Además, estudios genéticos indican una posible vulnerabilidad compartida entre la SCZ y la AN, lo que sugiere mecanismos subyacentes complejos y multifactoriales que conectan estos trastornos.
El propósito de esta revisión sistemática fue examinar exhaustivamente la prevalencia, los mecanismos psicológicos y biológicos, y los fundamentos teóricos que subyacen a la coocurrencia de la AN y la SCZ. Para este estudio, se identificaron y analizaron 40 artículos que cumplían con criterios de inclusión rigurosos.
Los hallazgos indicaron que la prevalencia de AN en pacientes con SCZ es significativamente más alta que en la población general. Contrariamente, la evidencia respecto a la prevalencia de SCZ en poblaciones diagnosticadas con AN fue más inconsistente, lo que refleja una necesidad de investigación adicional para clarificar esta relación.
Los mecanismos psicológicos que podrían explicar la presencia de AN en individuos con SCZ se categorizaron en tres grupos principales: síntomas positivos (como delirios y alucinaciones que pueden afectar la percepción del cuerpo y los hábitos alimentarios), síntomas negativos (como apatía y retiro que pueden reducir la motivación para comer) y vías atípicas que podrían incluir disfunciones en la regulación emocional y en la respuesta al estrés.
A pesar de los hallazgos preliminares, la literatura existente es limitada y los estudios disponibles son relativamente escasos y pequeños. Además, la mayoría de estos estudios se han centrado exclusivamente en muestras clínicas, lo que limita la generalización de los resultados a la población general. Los estudios también tienden a utilizar metodologías que pueden no captar completamente la complejidad de la coocurrencia de estos trastornos.
Esta revisión subraya la necesidad de realizar investigaciones más amplias y metodológicamente robustas que puedan proporcionar insights más profundos sobre cómo la SCZ y la AN pueden interactuar.
Esto no solo podría ayudar a mejorar la identificación y el tratamiento de individuos con estas condiciones coexistentes, sino también avanzar en nuestra comprensión de los trastornos psiquiátricos y alimentarios en general. Se recomienda que futuros estudios exploren en mayor profundidad las bases genéticas y ambientales de estos trastornos, así como las intervenciones terapéuticas que aborden de manera integral los aspectos psicológicos y fisiológicos involucrados.
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