Autor/autores:
Mohamed S. Ameen , Dominik PJ Heib , Christine Blume...(et.al)
El cerebro continúa respondiendo selectivamente a los estímulos ambientales durante el sueño. Sin embargo, el papel funcional de tales respuestas, y si reflejan el procesamiento de la información o más bien la inhibición sensorial, no se comprende completamente. Aquí, presentamos 17 durmientes humanos (14 mujeres) con su propio nombre y dos nombres...
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El cerebro continúa respondiendo selectivamente a los estímulos ambientales durante el sueño. Sin embargo, el papel funcional de tales respuestas, y si reflejan el procesamiento de la información o más bien la inhibición sensorial, no se comprende completamente.
Aquí, presentamos 17 durmientes humanos (14 mujeres) con su propio nombre y dos nombres desconocidos, pronunciados por una voz familiar (FV) o una voz desconocida (UFV), mientras grababan polisomnografía durante una noche completa de sueño.
Detectamos complejos K, husos de sueño y microdespertares, y evaluamos las respuestas de frecuencia y relacionadas con eventos, así como la sincronización de fase entre pruebas a los diferentes estímulos presentados durante el sueño sin movimientos oculares rápidos (NREM).
Mostramos que los UFV evocan más complejos K y micro-excitaciones que los FV. Cuando ambos estímulos evocan un complejo K, observamos potenciales evocados más grandes, un bloqueo temporal más preciso de las respuestas cerebrales en la banda delta (1-4 Hz) y una actividad más fuerte en el rango de alta frecuencia (>16 Hz), en respuesta a UFV en relación con FV. Fundamentalmente, estas diferencias en las respuestas cerebrales desaparecen por completo cuando los estímulos auditivos no evocan complejos K.
Nuestros hallazgos resaltan las discrepancias en las respuestas cerebrales a los estímulos auditivos en función de su relevancia para el durmiente y proponen un papel clave para los complejos K en la modulación del procesamiento sensorial durante el sueño.
Argumentamos que tal reactividad dinámica y específica del contenido a la información sensorial externa permite que el cerebro ingrese en un "modo de procesamiento centinela" en el que participa en los procesos internos importantes que están en curso durante el sueño mientras mantiene la capacidad de procesar información sensorial externa vital.
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