Autor/autores:
Christopher J. Hammond, Jesse D. Hinckley...(et.al)
Las muertes por sobredosis no intencional de opioides entre jóvenes en Estados Unidos han aumentado a un ritmo alarmante en los últimos cuatro años. Después de haber mantenido una relativa estabilidad durante la década anterior, la tasa de muertes por sobredosis de drogas entre los jóvenes se incrementó más de 2. 3 veces entre 2019 y 2021, al...
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Las muertes por sobredosis no intencional de opioides entre jóvenes en Estados Unidos han aumentado a un ritmo alarmante en los últimos cuatro años. Después de haber mantenido una relativa estabilidad durante la década anterior, la tasa de muertes por sobredosis de drogas entre los jóvenes se incrementó más de 2. 3 veces entre 2019 y 2021, alcanzando un récord histórico de 5. 49 muertes por cada 100, 000 jóvenes. Este aumento dramático en las sobredosis fatales está estrechamente relacionado con la creciente prevalencia de fentanilo de fabricación ilícita en el suministro de drogas.
El fentanilo, un opioide sintético extremadamente potente, ha sido identificado como la principal causa del reciente aumento en muertes por sobredosis en adolescentes y jóvenes adultos. En 2021, el fentanilo estuvo presente en el 77. 1% de las muertes por sobredosis entre adolescentes estadounidenses, un aumento de 23. 5 veces en comparación con 2010. Esta cifra es particularmente alarmante en comparación con otros tipos de sustancias: las benzodiacepinas se identificaron en el 13. 3% de las muertes por sobredosis, los opioides de prescripción en el 5. 8%, y la heroína en el 2. 3%. Estos datos subrayan el papel predominante del fentanilo en la actual crisis de sobredosis, especialmente entre los jóvenes.
A diferencia de otras fases de la crisis de opioides en Estados Unidos, en las que el uso indebido de opioides de prescripción médica, como la oxicodona o la hidrocodona, fue un factor central, la fase actual impulsada por el fentanilo tiene un alcance mucho más amplio tanto geográfica como sociodemográficamente.
El fentanilo de fabricación ilícita ha permeado todas las regiones del país y afecta a jóvenes de diversos antecedentes sociales y económicos. Esto se debe, en parte, a la alta potencia del fentanilo, que es entre 50 y 100 veces más potente que la morfina. Además, el fentanilo se mezcla frecuentemente con otras drogas ilícitas, como heroína, cocaína y pastillas falsificadas que imitan medicamentos de prescripción, lo que aumenta el riesgo de sobredosis al ser consumido inadvertidamente.
La crisis de sobredosis relacionada con el fentanilo plantea enormes desafíos de salud pública, ya que exige una respuesta urgente y coordinada para abordar tanto la disponibilidad de esta droga como la educación sobre sus riesgos. Es crucial que se implementen programas de concienciación y prevención dirigidos a los jóvenes y sus familias, así como políticas de salud pública que promuevan el acceso a tratamientos de desintoxicación y recuperación.
Además, el aumento de la disponibilidad de naloxona, un medicamento que puede revertir los efectos de una sobredosis, y el fortalecimiento de las estrategias de reducción de daños pueden desempeñar un papel clave en la mitigación de los efectos devastadores de esta crisis.
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