La función tiroidea puede jugar un papel importante en el desarrollo de trastornos de ansiedad, según ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por investigadores del hospital Clínico de Kiev (Ucrania) y que ha sido presentado en el congreso 'e-ECE 2020'.
En la actualidad, hasta un 35 por ciento de la población joven (25-60 años) de los países desarrollados padece un trastorno de ansiedad, la cual puede tener un impacto importante en la calidad de vida y en la capacidad de las personas para trabajar y socializar. Los exámenes actuales para los trastornos de ansiedad suelen centrarse en la disfunción del sistema nervioso y no tienen en cuenta el papel del sistema endocrino.
La glándula tiroides produce las hormonas tiroxina (t4) y triyodotironina (t3), las cuales son esenciales para regular la función cardiaca, muscular y digestiva, el desarrollo del cerebro y el mantenimiento de los huesos. La inflamación autoinmune en la tiroides ocurre cuando el cuerpo produce anticuerpos que atacan la glándula y causan daño.
Estudios recientes indican que los trastornos de ansiedad pueden estar asociados con la disfunción de la glándula tiroides, por lo que, a juicio de los expertos, es importante cómo esto puede contribuir a la ansiedad, con el fin de que los pacientes puedan ser tratados de manera más eficaz.
Por ello, analizaron la función tiroidea en 29 hombres (edad media 33, 9) y 27 mujeres (edad media 31, 7) diagnosticados de ansiedad, que estaban experimentando ataques de pánico. Los ultrasonidos en las glándulas tiroideas evaluaron la función tiroidea y se midieron los niveles de hormonas tiroideas.
Los pacientes con ansiedad mostraron signos de inflamación de la glándula tiroides, pero su función no se vio afectada ya que tenían niveles de hormona tiroidea dentro del rango normal, aunque ligeramente elevados. También dieron positivo en anticuerpos dirigidos contra la tiroides.
Ante esto, los expertos observaron que el tratamiento durante 14 días con ibuprofeno y tiroxina redujo la inflamación de la tiroides, normalizó los niveles de hormona tiroidea y redujo sus puntuaciones de ansiedad.
"Estos hallazgos indican que el sistema endocrino puede desempeñar un papel importante en la ansiedad, por lo que los médicos deberían considerar la glándula tiroides, y el resto del sistema endocrino y nervioso, cuando vayan a tratar a pacientes con ansiedad", han aseverado los investigadores.