Como este artículo nos muestra, los fármacos potenciadores del rendimiento cognitivo, también conocidos como nootrópicos o drogas inteligentes, son fármacos capaces de incrementar ciertas funciones mentales humanas como la memoria, la capacidad de concentración, el aprendizaje, la creatividad, la motivación y los procesos de toma de decisiones. A pesar de que están autorizadas para enfermedades específicas como la narcolepsia o el TDAH son tomados por individuos sanos, con la finalidad de mejorar su rendimiento.
Investigaciones anteriores han informado de la influencia de los nootrópicos en el tratamiento de trastornos de la memoria, como el Alzheimer, el Parkinson y las enfermedades de Huntington. Se observa que esos trastornos afectan a las mismas vías de las drogas inteligentes. Por lo tanto, los potenciadores establecidos recientemente se diseñan de manera sensible y efectiva hacia las vías. La presente revisión se concentra en las principales vías: el sistema dopaminérgico y colinérgico, y la participación de la proteína precursora amiloide y el mensajero secundario en la mejora del rendimiento cognitivo.
El uso no autorizado de estos medicamentos está relativamente extendido entre los alumnos de institutos y universidades estadounidenses en periodos de exámenes, donde se ha comprobado en estudios basados en encuestas que hasta un 35% de este colectivo podría consumirlos. Además, también podría afectar al ámbito laboral al intentar asumir cargas excesivas de trabajo y compensándolas con estas sustancias.
Entre los fármacos más utilizados para mejorar el rendimiento se encuentran las anfetaminas, que incrementan los niveles de dopamina y producen euforia e incremento de la fuerza muscular, el metilfenidato y el modafinilo, psicoestimulantes que también aumentan los niveles de dopamina.
También encontramos estas sustancias en la naturaleza. Algunos de los más consumidos son el Ginkgo biloba, consumido por sus efectos neuroprotectores y frente el Alzheimer; y el Panax ginseng, por sus beneficios antioxidantes, para la memoria y también relacionados con el Alzheimer.
Los fármacos potenciadores del rendimiento, además de sus funciones cognitivas, pueden tener efectos que no deben pasarse por alto, como problemas cardíacos, de hipertensión o accidentes cerebrovasculares.
La comprensión de los mecanismos influenciados por la administración de nootrópicos naturales se ha ampliado enormemente en la última década. Establecer un potenciador natural es un desafío, ya que la dosis óptima tiene que pasar la barrera hematoencefálica para que pueda estimular el mecanismo de respuesta. Hay una serie de mecanismos influenciados por su administración, como la señalización glutaminarúrgica y la proteína precursora amiloide, también responsables de enfermedades relacionadas con las neuronas como la demencia y la enfermedad de Alzheimer. Por lo tanto, se espera que la comprensión del mecanismo aumente el rendimiento de los pacientes con deterioro cognitivo.
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