Esquizofrenia, síntomas depresivos y tratamiento con fármacos antipsicóticos

Los síntomas depresivos son una característica común, aunque poco investigada y poco comprendida, de la esquizofrenia. Pueden ocurrir en cualquier etapa de la enfermedad, con una prevalencia reportada de aproximadamente el 40% ( Conley et al. , 2007 ). Los síntomas depresivos pueden ser indicadores importantes de resultados; contribuyen a la tendencia al suicidio, y la recaída puede seguir a un deterioro de los síntomas depresivos (pero no positivos o negativos) ( Tollefson et al. , 1999 ). Quizás no sea sorprendente que el estado de ánimo bajo pueda ser evidente en personas que experimentan síntomas psicóticos desagradables y frecuentemente debilitantes. Sin embargo, un estado de ánimo deprimido es más que una simple consecuencia de la psicosis; los síntomas depresivos pueden ocurrir, por ejemplo, antes de la manifestación de síntomas psicóticos positivos ( Yung et al. , 2004 ).

Estos síntomas son, por definición, equivalentes a los que se presentan típicamente en el trastorno depresivo mayor. Pueden incluir toda la gama de características, incluida la apatía y el aislamiento social, así como el bajo estado de ánimo, aunque algunos síntomas depresivos típicos, como la pérdida de peso o los trastornos del sueño, pueden confundirse con el tratamiento farmacológico. También es evidente que puede haber una superposición con los síntomas negativos de la esquizofrenia, de los cuales la abstinencia y la anhedonia se consideran características. Hay pocos indicios de que los síntomas depresivos de la esquizofrenia respondan al aumento con antidepresivos del tratamiento con fármacos antipsicóticos, aunque puede ser beneficioso para los síntomas negativos ( Galling et al. , 2018). Esta observación se puede interpretar de dos maneras: o los fármacos antipsicóticos en sí tienen una acción antidepresiva que hace que la intervención adicional sea ineficaz, o los síntomas depresivos en la esquizofrenia son inherentemente diferentes de los que responden a dicho tratamiento en la depresión mayor. Ciertamente, existe una fuerte evidencia para la primera explicación.

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