La pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) se ha extendido por todo el mundo y ha provocado más de 5 millones de muertes hasta la fecha, así como innumerables bloqueos, interrupciones en la vida diaria y períodos prolongados de distanciamiento social y aislamiento. Los impactos en los jóvenes en particular son asombrosos, con cambios en las plataformas...
La pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) se ha extendido por todo el mundo y ha provocado más de 5 millones de muertes hasta la fecha, así como innumerables bloqueos, interrupciones en la vida diaria y períodos prolongados de distanciamiento social y aislamiento. Los impactos en los jóvenes en particular son asombrosos, con cambios en las plataformas de aprendizaje, salidas sociales limitadas y una incertidumbre prolongada sobre el futuro.
Las encuestas han demostrado que la salud mental entre los jóvenes se ha visto gravemente afectada durante la pandemia. Sin embargo, la investigación limitada hasta la fecha ha informado sobre los índices fisiológicos de estrés que rodean la pandemia, como el cortisol.
El cortisol es una hormona del estrés que normalmente aumenta durante situaciones estresantes y puede tener efectos nocivos en la salud mental y física cuando aumenta de forma crónica.
El presente estudio aprovechó las mediciones de la concentración de cortisol en el cabello, lo que permitió la investigación retrospectiva del cortisol circulante antes y después de los cierres locales relacionados con la pandemia durante la primera ola de la pandemia.
Una muestra final de 44 jóvenes de 10 a 18 años proporcionó muestras de cabello e informó sobre su bienestar afectivo percibido y el nivel de preocupación con respecto a los factores estresantes relacionados con la pandemia entre mayo y junio de 2020.
Encontramos niveles significativos de preocupación y disminución del bienestar afectivo tras los confinamientos locales. Además, vimos que el cortisol aumentó considerablemente después de los cierres locales, y esos aumentos predijeron cambios en el afecto.
Estos hallazgos brindan información crítica sobre la neuroendocrinología subyacente del estrés durante la pandemia y respaldan la necesidad de recursos para apoyar la salud mental y el bienestar de los jóvenes durante este evento de importancia mundial.
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