Autor/autores:
Shai Motsan Eran Bar ‐ Kalifa Karen Yirmiya...(et.al)
Aunque la resiliencia es un tema clave en la teoría y la investigación clínicas, pocos estudios se centraron en los mecanismos bioconductuales que sustentan la resiliencia. Guiados por el marco de sincronía bioconductual , examinamos la interacción dinámica de la sincronía fisiológica y conductual como marcador de riesgo ...
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Aunque la resiliencia es un tema clave en la teoría y la investigación clínicas, pocos estudios se centraron en los mecanismos bioconductuales que sustentan la resiliencia. Guiados por el marco de sincronía bioconductual , examinamos la interacción dinámica de la sincronía fisiológica y conductual como marcador de riesgo y resiliencia en jóvenes expuestos al trauma.
Se siguió una cohorte única de niños expuestos a la guerra versus niños de control en cuatro puntos temporales desde la primera infancia hasta la preadolescencia y el trastorno por estrés postraumático infantil (TEPT) evaluado repetidamente. En la preadolescencia (11-13 años), la madre y el niño fueron observados en varias tareas sociales y no sociales mientras se recopilaban datos cardíacos y se calculaban las medidas de arritmia sinusal respiratoria (RSA) y sincronía RSA. La tarea social interactiva se microcodificó para sincronía conductual y se calculó el equilibrio segundo a segundo de sincronía conductual y fisiológica. Los preadolescentes expuestos a la guerra se dividieron en aquellos diagnosticados con TEPT en cualquier momento de la infancia versus los niños resilientes.
Surgieron diferencias grupales en sincronía conductual, sincronía RSA y su interacción. Las díadas PTSD exhibieron la sincronía autónoma más estrecha combinada con la sincronía conductual más baja, mientras que las díadas resilientes mostraron la sincronía autónoma más alta y la más baja. El análisis del modelo lineal jerárquico identificó dos mecanismos de promoción de la resiliencia. Primero, para las díadas resilientes y de control, los momentos de sincronía conductual se combinaron con una disminución de la sincronía RSA. En segundo lugar, solo entre las díadas resilientes, los momentos de sincronía conductual aumentaron los niveles de RSA del niño.
Los hallazgos especifican los mecanismos mediante los cuales la sincronía bioconductual promueve la resiliencia. A medida que los niños crecen, la fisiología madre-hijo estrechamente acoplada debe ser reemplazada por una sintonía conductual poco coordinada que refuerce la maduración de la autorregulación alostática del niño. Nuestros hallazgos destacan la necesidad de intervenciones basadas en sincronía para las madres expuestas al trauma.
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