Esta es una revisión narrativa sobre el papel de los psicodélicos clásicos y dos atípicos en el tratamiento de la depresión unipolar y bipolar. Desde la década de 1990, los psicodélicos experimentan un renacimiento en la investigación biomédica. Los llamados psicodélicos clásicos incluyen la dietilamida del ácido l...
Esta es una revisión narrativa sobre el papel de los psicodélicos clásicos y dos atípicos en el tratamiento de la depresión unipolar y bipolar. Desde la década de 1990, los psicodélicos experimentan un renacimiento en la investigación biomédica. Los llamados psicodélicos clásicos incluyen la dietilamida del ácido lisérgico (lsd), la psilocibina, la mescalina y la ayahuasca.
Los efectos característicos, como alteraciones en la percepción sensorial, así como el autoprocesamiento y las emociones, son inducidos por la estimulación de los receptores de serotonina 2A en las áreas corticales.
El nuevo paradigma de la psicoterapia asistida por psicodélicos sugiere un marco terapéutico en el que una experiencia psicodélica conducida de manera segura se integra en un proceso psicoterapéutico continuo.
Los primeros ensayos controlados aleatorios con psilocibina muestran una eficacia, tolerabilidad y adherencia prometedoras en el tratamiento de la depresión unipolar.
Por otro lado, los psicodélicos clásicos parecen estar asociados con la inducción de manía, lo cual es un tema importante a considerar para el diseño de investigación y protocolos clínicos.
Los llamados psicodélicos atípicos son un grupo heterogéneo con efectos subjetivos superpuestos pero diferentes mecanismos neurobiológicos. Dos ejemplos de valor terapéutico en psiquiatría son la 3, 4-metilendioximetanfetamina (MDMA) y la ketamina.
Desde 2020, el enantiómero de ketamina esketamina ha recibido la aprobación internacional para la depresión unipolar resistente al tratamiento, y también existe la primera evidencia de la eficacia terapéutica de la ketamina en la depresión bipolar. Si los psicodélicos cumplirán con las expectativas actuales y encontrarán su camino hacia un uso clínico más amplio dependerá de futuros ensayos clínicos rigurosos con tamaños de muestra más grandes.
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