El consumo del alcohol hoy en día está muy normalizado, mucha gente lo ingiere todos los días, o toma dosis muy altas a días alternos. Aunque, hace tiempo que se conocen muchas de sus consecuencias en nuestra salud, ya que es uno de los factores de riesgo más importantes de enfermedad y mortalidad a nivel mundial.
Hay muchas consecuencias neuropsiquiátricas del abuso del alcohol, agudas/subagudas o crónicas. Los cambios agudos incluyen intoxicación; un síndrome de abstinencia aguda de alcohol, “apagones” alcohólicos (amnesia transitoria); hipoglucemia aguda; convulsiones inducidas por el alcohol; lesión en la cabeza; alucinosis alcohólica y delirios paranoides; encefalopatía de Wernicke; encefalopatía hepática; y encefalopatía aguda por pelagra (depleción de B3). De manera más crónica, el alcohol puede resultar en un engrosamiento de la personalidad (probablemente como resultado de un síndrome del lóbulo frontal); el síndrome de Korsakoff; daño cerebral relacionado con el alcohol u otros trastornos neurodegenerativos, que involucran la atrofia del cerebelo y el cuerpo calloso.
Centrándonos en el síndrome de Korsakoff, en los últimos años se ha seguido investigando sobre este, ya que habían factores aún por determinar. En un estudio publicado en la revista Cognitive Neuropsychiatry se han determinado nuevas aportaciones y confirmado conceptos que ya fueron descubiertos en su momento.
Este síndrome, se ha descrito como un trastorno del neurodesarrollo que se presenta en personas con una deficiencia de tiamina. Principalmente, se debe al consumo de alcohol, pero también puede estar causado por deficiencias nutricionales, vómitos prolongados, trastornos de la alimentación, enfermedades crónicas sistémicas (cáncer, SIDA, infecciones), cirugía bariátrica o trasplantes. Este, se caracteriza principalmente por retraso en el desarrollo, discapacidad intelectual, dismorfias craneofaciales leves y baja estatura.
Por otro lado, el trastorno a nivel neural, se asocia con cambios particularmente graves en la materia gris de los tálamos y los cuerpos mamilares observados en la resonancia magnética, y con cambios metabólicos en estas estructuras y tejidos circundantes observados en un PET. Esto, sugiere definir el síndrome de Korsakoff como un estado mental anormal en el que la memoria y el aprendizaje se ven afectados junto con otras funciones cognitivas, en un paciente que por lo demás, está alerta y responde, como resultado del agotamiento nutricional, es decir, de tiamina.
En consecuencia, además del Sd de Korsakoff y los nuevos hallazgos fisiopatológicos que se han descubierto, como hemos mencionado, es una patología grave muy relacionada con el alcohol. Hay muchas otras patologías asociadas al consumo del alcohol, que a su vez se asocian a un mayor riesgo de sufrir trastornos depresivos, que son los trastornos psiquiátricos concurrentes más comunes en esta población, debido a que parecen compartir algunos factores de riesgo conductuales, genéticos y ambientales.
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