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Es la causa principal de retraso mental en EE.UU. Se debe a la exposición intrauterina al alcohol que inhibe el crecimiento intrauterino. Cursa con microcefalia, microftalmía, retraso madurativo, déficit intelectual, malformaciones craneofaciales, anomalías de los miembros y cardíacas.
El origen del término “Síndrome Alcohólico Fetal” (SAF) surge en 1973 por Jones y Smith10 , quienes en las investigaciones realizadas sobre defectos del nacimiento, identificaron un patrón específico de malformaciones, retraso del desarrollo y disfunciones del Sistema Nervioso Central (SNC) en hijos de madres alcohólicas.
Sin embargo, ya en 1968 Lemoine y cols. realizaron estudios en madres alcohólicas, reflejando en ellos, conclusiones similares .
Posteriormente, se acuñaron los términos “Efectos Alcohólicos Fetales” (FAE) por Clarren y Smith en 1978, y
“Desórdenes del Neurodesarrollo Relacionados con el Alcohol” (ARND), éste último recomendado para sustituir a FAE, y
“Defectos de Nacimiento Relacionados con el Alcohol” (ARBD) que se refieren a la presencia de algunas de las características del SAF en personas que probablemente habían sido afectadas por la exposición prenatal de alcohol.
El SAF afecta a 1 de cada 3 hijos de madre alcohólica. En Francia, Suecia y Norteamérica se calcula una prevalencia de 1 por 750 nacidos vivos por año y en el caso particular de Estados Unidos, se ha objetivado que se presenta en 1,9 por 1000 nacidos vivos.
En Estados Unidos y Europa constituye la tercera causa más común de retraso mental, por detrás del Síndrome de Down y ciertos defectos del tubo neural, siendo del mismo modo, la única causa prevenible.
Sinónimo: astenia neurocirculatoria, síndrome de esfuerzo, corazón de soldado, corazón irritable, estado circulatorio hipodinámico adrenérgico, neurosis de guerra, astenia vasoregulatoria, neurosis cardiaca, choque de la explosión(shell shock), fatiga de combate o fatiga operacional.
Síndrome descrito en 1871 por el médico militar Jacob DaCosta en los soldados durante la Guerra Civil Americana. Observó que estos (presentaban, durante el combate o tras éste, una serie de síntomas, principalmente cardíacos (opresión precordial, palpitaciones, sensación de ahogo), de naturaleza no orgánica.
Los términos corazón de soldado y neurosis de guerra se comenzaron a utilizar al principio de la Primera Guerra Mundial, durante la Segunda Guerra Mundial se utilizaron los términos fatiga operacional o fatiga de combate. Los soldados presentaban lo que hoy llamaríamos un trastorno por estrés postraumático o bien un trastorno de pánico.
Desarrollada por B. Kirkpatrik, R. W. Buchanan, P.D. McKenney, L.D. Alphs y W.R. Carpenter. Escala que evalúa el síndrome deficitario de la esquizofrenia. Heteroaplicada. Consta de 6 ítems.
Desarrollada por S.R. Kay, A. Fiszbein y L.A. Opler (1987). Evalúa el síndrome positivo y negativo de la esquizofrenia desde el punto de vista dimensional (gravedad de la enfermedad) y categorial (esquizofrenia positiva, negativa y mixta). Heteroaplicada. Consta de 30 ítems.
El Síndrome de Korsakoff es un trastorno del funcionamiento psíquico causado por un severo déficit de tiamina (vitamina B1) y que ocurre después de una incompleta recuperación de la encefalopatía de Wernicke, dándose predominantemente en el contexto del abuso de alcohol o en algunas formas de malnutrición. El déficit de tiamina, en el caso del alcoholismo, resulta de una lesión de la mucosa gástrica que da lugar a una malabsorción de la tiamina. La lesión cerebral resultante se localiza en el diencéfalo, particularmente en los cuerpos mamilares (dos esferas simétricas en la base del cráneo) y en el tálamo, sendas estructuras voluminosas en el centro del cerebro.
Korsakoff está caracterizado por una pérdida de la memoria, que está afectada en mucha mayor medida que el resto de funciones cognitivas, en un paciente que se muestra alerta y receptivo; también puede presentar déficits del funcionamiento ejecutivo, aplanamiento afectivo, apatía, anosognosia (falta de conciencia de la enfermedad y sus limitaciones) y confabulaciones, especialmente en los primeros meses de la enfermedad.
Sinónimo: supermujer. Mujer con un cromosoma sexual XXX en lugar de XX.
Tales mujeres tienen amenorrea, bajo desarrollo de los caracteres sexuales secundarios y suelen ser estériles.
El síndrome Triple X, también conocido como síndrome XXX o trisomía X, es una condición genética caracterizada por la presencia de un cromosoma X adicional en cada célula de una mujer.
Típicamente, las mujeres tienen dos cromosomas X (46,XX), pero en el caso del síndrome Triple X, tienen tres (47,XXX).Esta condición puede llevar a una variedad de síntomas y características, aunque muchas mujeres con síndrome Triple X no presentan signos visibles o tienen síntomas muy leves y pueden no saber que tienen esta condición.
Algunas características y síntomas posibles incluyen estatura más alta de lo promedio, problemas de aprendizaje, dificultades con las habilidades motoras finas y gruesas, y en algunos casos, problemas de fertilidad.La mayoría de las mujeres con síndrome Triple X llevan vidas normales, saludables y productivas.
El tratamiento se enfoca en abordar los síntomas específicos si estos surgen, como terapia educativa para problemas de aprendizaje o fisioterapia para dificultades motoras. No hay una cura para el síndrome Triple X, ya que es una variación cromosómica con la que una persona nace.
Este síndrome, quizá el más conocido de todos, fue descrito por primera vez en los años 90 por la Doctora Graciella Magherini, psiquiatra del Hospital Santa Maria Nouva de Florencia.
Consiste en la aparición de psicopatología aguda, repentina y breve en turistas al viajar a un lugar con presencia de gran contenido artístico.
El nombre de este síndrome tiene su origen en el libro “Roma, Nápoles, y Florencia” escrito por Stehndal en 1817.
En este ensayo el autor describe que al visitar la Iglesia de la Santa Croce y contemplar los frescos de Volterrano, comienza con una sensación vertiginosa, una crisis de angustia, palpitaciones (“fuertes latidos de corazón, acompañados de la sensación de que la vida se había desvanecido, caminando con sensación de caer…”) que le obligan a salir de la Iglesia para rencontrar la calma.
Epidemiológicamente este síndrome afecta con mayor frecuencia a europeos occidentales, nunca italianos. Es más común que aparezca en mujeres solteras y menores de 40 años. Se presenta con mayor frecuencia en estudiantes o parados, y en visitantes que hacen turismo en solitario, no en viaje organizado. A menudo las personas afectadas por esta patología, tenían un vivo interés en el arte, y en conocer la capital del Renacimiento.
Magherini describe que la clínica predominante, en un 66 % de los pacientes, es de tipo trastorno del pensamiento, con alteración de percepción sonidos y colores, crisis de identidad, desorientación temporal, sensaciones de despersonalización y desrrealización.
Otros pacientes, aproximadamente un 30%, presentan una clínica en forma de trastorno de tipo afectivo, apareciendo síntomas de tipo depresivo, o bien de exaltación anímica y euforia.
Otro pequeño porcentaje, aproximadamente un 5%, padecieron crisis de pánico con importante repercusión somática (hipersudoración, taquicardia, lipotimias, malestar epigástrico…).
Existen tres elementos principales que parece que influyen en la aparición de este síndrome.
En primer lugar el choque estético, y abrumador del arte,
y en segundo lugar la influencia del factor viaje y el desplazamiento geográfico.
Por último, debemos tener en cuenta la historia personal de cada uno (psicobiografía, historia infantil, mitos creados en torno al viaje, circunstancias y motivos para ir a Florencia, mecanismos de defensa…).
Florencia es la ciudad en la que se descubrió por primera vez el Síndrome de Stehndal, y en la que hay más casos hay documentados y estudiados, pero parece que no es algo exclusivo de este lugar, ya que se han recogido también casos clínicos similares en otras ciudades con gran relevancia artística como Roma, Venecia o Atenas.
Jerusalén es una ciudad con una importante carga histórica, y mística.
Es un lugar sagrado para judíos, cristianos y musulmanes.
A menudo, cuando la gente piensa en viajar a Jerusalén, sólo imagina el lugar antiguo y santo descrito en las Sagradas escrituras, pero al llegar allí la realidad es diferente, y nos encontramos con una ciudad moderna, cargada de tensiones sociopolíticas.
Desde los años 80, los psiquiatras de Jerusalén observaron un aumento del número de turistas que sufrían una descompensación psicótica aguda al desplazarse a esta ciudad, llegando a crear un servicio de referencia en el Centro de salud mental Kfar Shaul para atender a estos pacientes.
El doctor Bar-El y su equipo estudiaron entre 1980 y 1993 a 1200 turistas que presentaron problemas mentales durante su visita a Jerusalén; de los cuales 470 fueron hospitalizados. De media, cada año se atienden un centenar de turistas con este tipo de patología, de estos 40 son hospitalizados. Bar-El y su equipo nombran el síndrome de Jerusalén como una entidad propia y clasifican a los pacientes en tres subgrupos:
Tipo I. Individuos con un diagnóstico de psicosis previo a su viaje a Israel. Se trata de un viaje patológico cuyo destino, siguiendo una idea delirante, es ir a Jerusalén.
Se distinguen cuatro subtipos:
• Tipo I. 1. Pacientes se identifican con personajes bíblicos. Los judíos a menudo con caracteres del Antiguo Testamento, y los cristianos con personajes del Nuevo Testamento.
• Tipo I.2. Fuerte identificación con una idea delirante de tipo religioso, o político, llegando a Jerusalén para actuar de acuerdo a ella.
• Tipo I.3. Individuos presentan ideas mágicas sobre salud y enfermedad, y las posibilidades de encontrar la curación en esta ciudad.
• Tipo I. 4. Problemas familiares que acaban en una crisis psicótica en Jerusalén.
Tipo II. Afecta a pacientes que no presentan un diagnóstico de tipo psicótico, pero si una fragilidad psíquica en forma de trastorno de personalidad o presencia de ideas obsesivas. Existen dos categorías:
• Tipo II. 1. Problemas implican a un grupo entero de individuos. Es el más común.
• Tipo II.2 Problemas aparecen en individuos aislados.
Tipo III. Síndrome de Jerusalén puro. Consiste en aparición de patología psicótica aguda, en pacientes sin antecedentes psiquiátricos previos, que viajan a Jerusalén por motivos de turismo. La incidencia de este subtipo es pequeña (entre 1980 y 1993 se detectaron 42 casos). Los pacientes afectados por este síndrome, pasan por siete estadíos clínicos:
1) Ansiedad, agitación, nerviosismo
2) Deseo de alejarse del grupo
3) Necesidad de limpieza, pureza. Obsesión con ducharse, asearse…
4) Preparación de una toga ( a menudo utilizan sábanas del hotel)
5) Proferir cánticos, gritos e himnos religiosos.
6) Ir en procesión a lugares sagrados.
7) Dar sermones “ apasionado” en lugares sagrados
En la gran mayoría de los casos la recuperación es espontánea en unos 5-7 días, y al abandonar Israel, y regresar a su lugar de origen, vuelven a su estado normal, sin presentar posteriores secuelas.
Para facilitar la mejoría, se recomienda alejar a los pacientes de los lugares sagrados.
Como tratamiento es fundamental una psicoterapia y psicoeducación, y ofrecer algunos ansiolíticos y melatonina.
Este síndrome, por lo llamativo y curioso, ha sido objeto de varias películas y libros destinados al entretenimiento del público general. Incluso lo presentan varios de los personajes de la famosa serie de televisión Los Simpson en el capítulo “La Historia más grande jamás contada” (temporada 21, capítulo 16), cuando viajan a Israel.
El síndrome del impostor es un patrón psicológico en el que la persona duda de sus logros y tiene un temor persistente de ser descubierta como un "fraude", a pesar de evidencias externas de sus competencias.
Aquellos que experimentan este síndrome a menudo son incapaces de internalizar sus éxitos, atribuyendo su éxito a la suerte o a engañar a otros para que piensen que son más inteligentes o competentes de lo que creen ser.Aunque no es un trastorno diagnóstico en el sentido clínico, el síndrome del impostor puede tener un impacto significativo en la autoestima y el bienestar mental de una persona.
Es común en hombres y mujeres y puede afectar a cualquier persona, independientemente de su nivel de éxito, área de trabajo o educación. Sin embargo, se ha observado con frecuencia en ambientes académicos y profesionales, donde las personas pueden comparar constantemente su desempeño con el de los demás.
Características del Síndrome del Impostor
Dudas sobre la capacidad propia y desvalorización del desempeño personal.
Atribución de éxitos a factores externos como la suerte o la ayuda de otros, en lugar de habilidades propias.
Temor a no cumplir con las expectativas y ser expuesto como un fraude.
Perfeccionismo y a menudo procrastinación o sobrepreparación como mecanismos para prevenir el fracaso.
ConsecuenciasEl síndrome puede llevar a consecuencias negativas como ansiedad, baja autoestima, estrés crónico y, en algunos casos, depresión. También puede impedir que las personas asuman riesgos o busquen oportunidades por miedo a fallar o ser descubiertas, limitando su potencial de crecimiento personal y profesional.
Estrategias de Manejo
Reconocimiento de los propios logros y aceptación de los elogios y el reconocimiento.
Conversaciones abiertas sobre las dudas y los sentimientos de fraude con mentores, amigos o profesionales de la salud mental.
Desarrollo de una mentalidad de crecimiento, entendiendo que el error y el aprendizaje son parte del proceso de desarrollo personal y profesional.
Técnicas de manejo del estrés y la ansiedad, como la meditación, ejercicios de respiración o terapia.
Reconocer y abordar el síndrome del impostor es crucial para promover una imagen propia saludable y permitir que las personas persigan sus objetivos con confianza. Aunque puede ser un desafío superarlo completamente, entender y trabajar en estos sentimientos puede llevar a un mayor bienestar y satisfacción en la vida.