Mamá, quiero ser astronauta

RESUMEN

Se presenta el caso de un chico de 22, sin contacto psiquiátrico previo, que es traído a la puerta de urgencias por la policía tras agredir a sus padres. El paciente comienza a los 20 años a consumir cannabis a la vez que se muestra más inhibido, triste y sin ganas de salir. Sin embargo, estos últimos meses, comienza con aumento de su autoestima e ideas megalomaniacas “soy superdotado, voy a comprarme un cohete para ir a la luna”. Ingobernable, desconfiado y desinhibido se ve envuelto en numerosas discusiones y conflictos. El paciente presenta irritabilidad, suspicacia, taquipsiquia, verborrea e insomnio de características mixtas. Relata encontrarse enérgico, sin apetito y con ganas constantes de moverse. En nuestra planta es tratado con Clonazepam, olanzapina, litio y haloperidol.

Los diagnósticos planteados son Trastorno Bipolar y trastorno del comportamiento por consumo de cannabis de comienzo tardío a descartar según evolución. Al alta el paciente se encuentra sin irritabilidad y logorrea a la vez que ha abandonado sus proyectos megalomaniacos, siendo pautado un seguimiento posterior ambulatorio. Se le explica que el cannabis provoca la aparición de trastornos afectivos, bien como factor desencadenante o como causa. Destacamos la importancia de que cese el consumo de cannabis, lo cual también nos ayudará a realizar el diagnóstico diferencial. Ante la alta prevalencia de trastorno bipolar y siendo el cannabis la droga ilegal más consumida, vemos importante esta discusión que relaciona el consumo de tóxicos y la enfermedad, así como plantear otras etiologías y evoluciones de esta patología.