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Autor/autores:
Alejandro Vera Casas
Fecha Publicación: 01/02/2021
Área temática:
Psicología general .
Tipo de trabajo:
Post/Entrada de Blog
Integra Terapia
“No hay mal que cien años dure” o “el tiempo lo cura todo" son dichos populares que tratan de recordarnos que el sufrimiento que un determinado revés nos pueda producir, solo es temporal y que (casi siempre) se termina superando. Es más, cualquier sentimiento es temporal y la mayor prevalencia de emociones positivas sobre las negativas o viceversa, depende en gran medida de la manera en la que solemos afrontar los problemas.
¿Pero qué es la resiliencia? ¿Qué características posee una persona resiliente? Según la RAE, la resiliencia es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. Dicho de otra manera: cuanto mejor toleres y menos permitas que te afecten los eventos negativos que te sucedan, más resiliente eres; cuanto menos te cueste recomponerte de un dolor emocional, mayor será tu resiliencia emocional.
Si bien es el psicoanalista John Bowlby a quien se le atribuye el uso de este concepto por primera vez, fue el psiquiatra, psicoanalista, neurólogo y etólogo Boris Cyrulnik quien popularizo el término en el ámbito de la psicoterapia con su libro “Los patitos feos”.
La importancia de la resiliencia en la psicología
Quizá la resiliencia se ha tornado en un término sobreutilizado por la literatura de autoayuda y desarrollo personal, pero es una cualidad tremendamente relevante, pues la resiliencia es una capacidad tan descuidada como vital para nuestro equilibrio y salud mental.
La vida nos pone a prueba constantemente con grandes y pequeños obstáculos y es nuestra capacidad de resiliencia y el lugar en el que tendemos a enfocarnos más (en el problema o en las posibles soluciones) una de las cosas que mayor incidencia tienen en nuestro estado de ánimo.
¿Qué tipo de diálogo interno sueles mantener contigo mismo? ¿Sueles victimizarte? ¿Te recreas en el dolor? ¿Confías en tus capacidades? ¿Eres consciente de tus limitaciones? ¿Y de tus capacidades? ¿Sueles estresarte con facilidad? ¿Tiendes a relativizar los problemas o a sobredimensionarlos? ¿Intentas controlar todas las situaciones o te enfocas más en controlar tus propias emociones? ¿Eres capaz de afrontar las adversidades con sentido del humor?
Hay que tener en cuenta que no solo los grandes problemas nos ponen a prueba, a veces son los problemas pequeños y recurrentes quienes lo hacen. O, incluso, a veces basta con la incertidumbre y la mera posibilidad de que se puedan producir problemas en el futuro.
Por supuesto, hay personas cuyas experiencias vividas o aprendidas les han otorgado una gran resiliencia, pero si no es tu caso, no te preocupes, porque, por suerte, al igual que sucede con muchas otras capacidades, la resiliencia se puede entrenar.
La repetición y la reconducción de tus pensamientos será la clave. Normalmente no puedes dominar las reacciones que tienes a ciertos disparadores, pues estas respuestas están automatizadas, pero sí que puedes reaccionar a tu reacción y corregirte. Y será esa repetición, la corrección de aquellas reacciones que consideres que no te benefician, la que irá construyendo una nueva reacción automática más propicia para esos disparadores.
Así pues, vemos que la resiliencia tiene mucho que ver con la inteligencia emocional, el control de uno mismo y el equilibrio emocional a la hora de afrontar situaciones de estrés. Y que es una capacidad que podemos ejercitar y mejorar, logrando así una mejor calidad de vida.
Palabras clave: resiliencia
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