En los últimos meses, la nueva enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) ha recibido una gran atención a nivel mundial. Se informó por primera vez en Wuhan, provincia de Hubei, China, a fines de 2019 y se transmitió a múltiples regiones de China y, posteriormente, a muchos países de Oriente y Occidente. Los pacientes con necesidades psiquiát...
En los últimos meses, la nueva enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) ha recibido una gran atención a nivel mundial. Se informó por primera vez en Wuhan, provincia de Hubei, China, a fines de 2019 y se transmitió a múltiples regiones de China y, posteriormente, a muchos países de Oriente y Occidente. Los pacientes con necesidades psiquiátricas graves se consideran una población altamente vulnerable a contraer COVID-19. Por ejemplo, cientos de pacientes con trastornos psiquiátricos, así como profesionales de la salud mental, se infectaron en China. Como tal, se necesita con urgencia un esfuerzo conjunto para establecer una colaboración internacional para abordar los desafíos de salud mental causados por la pandemia de COVID-19.
Para reducir el riesgo de resultados psicológicos negativos asociados con la pandemia de COVID-19, la Autoridad Central de Salud de China y diferentes sociedades académicas nacionales han integrado las intervenciones de crisis de salud mental en el despliegue general de prevención y tratamiento de enfermedades. A finales de febrero de 20205 se difundieron más de 20 pautas específicas y consenso de expertos para los servicios de salud mental para el brote de COVID-19 a fin de proporcionar orientación oportuna a los profesionales de atención médica de primera línea. También se establecieron equipos externos de expertos en salud mental en otras provincias para proporcionar servicios de emergencia de salud mental en la provincia de Hubei, China. La transmisión de COVID-19 se ha controlado de manera efectiva en la mayoría de las áreas de China, y se deben considerar 3 puntos clave principales al abordar los desafíos de salud mental causados por la pandemia de COVID-19.
Primero, China debe tomar una iniciativa proactiva para compartir su protocolo de servicios de salud mental de emergencia con otros países afectados por la pandemia de COVID-19. En segundo lugar, las organizaciones académicas internacionales, como la Asociación Mundial de psiquiatría y el Colegio de Psiquiatras de la Cuenca del Pacífico, deben desarrollar directrices sobre intervenciones psicológicas de crisis, organizar equipos de expertos para coordinar los recursos de salud mental y proporcionar asesoramiento oportuno a diferentes países afectados por el COVID-19.
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