La propagación del virus COVID-19 presenta un evento sin precedentes que introdujo rápidamente una amenaza de vida generalizada, desestabilización económica y aislamiento social. El sistema nervioso humano está sintonizado para detectar seguridad y peligro, integrando las respuestas del cuerpo y el cerebro a través del sistema nervioso autónomo. Los...
La propagación del virus COVID-19 presenta un evento sin precedentes que introdujo rápidamente una amenaza de vida generalizada, desestabilización económica y aislamiento social. El sistema nervioso humano está sintonizado para detectar seguridad y peligro, integrando las respuestas del cuerpo y el cerebro a través del sistema nervioso autónomo. Los cambios en los estados del cerebro y el cuerpo hacia respuestas al peligro pueden comprometer la salud mental.
Para aquellos que han experimentado eventos previos potencialmente traumáticos, el sistema autónomo de respuesta a amenazas puede ser sensible a nuevos peligros y estas respuestas a amenazas pueden mediar en la asociación entre adversidad previa y salud mental actual.
El presente estudio recopiló datos de encuestas de adultos residentes de EE. UU. (N = 1, 666; 68% mujeres; Edad M = 46, 24, SD = 15, 14) reclutados a través de sitios web, listas de correo, redes sociales y muestras demográficamente dirigidas recopiladas entre marzo y mayo. 2020. Los participantes informaron sobre su historial de adversidad, experiencias subjetivas de reactividad autónoma, TEPT y síntomas de depresión, y la intensidad de la preocupación relacionada con la pandemia de COVID-19 mediante una combinación de cuestionarios estandarizados y preguntas desarrolladas para el estudio. Las pruebas formales de mediación se realizaron utilizando análisis de ruta y modelado de ecuaciones estructurales.
Los encuestados con adversidades previas informaron niveles más altos de reactividad autónoma desestabilizada, TEPT y síntomas de depresión, y preocupación relacionada con COVID-19. La reactividad autónoma medió la relación entre la adversidad y todas las variables de salud mental (rango de efectos indirectos estandarizado para modelos no ajustados: 0. 212–0. 340; modelo ajustado por covariables: 0. 183–0. 301).
Los datos destacan el importante papel de la regulación autonómica como variable interviniente en la mediación del impacto de la adversidad en la salud mental. Debido al importante papel que desempeña la función autónoma en la expresión de la vulnerabilidad de la salud mental, las terapias orientadas al cerebro y al cuerpo que promueven la reducción de la respuesta a las amenazas deben investigarse como posibles dianas terapéuticas.
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