Autor/autores:
Daniel W. Belsky y Benjamin W. Domingue
Las interacciones gen-ambiente (GxE) siguen siendo un tema polémico en psiquiatría. No es controvertido sugerir que las experiencias de vida afectan a diferentes individuos de diferentes maneras. Sin embargo, los desacuerdos sobre modelos conceptuales, diseños estadísticos y estándares de evidencia para establecer GxE específicos que cristalizaron hace una...
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Las interacciones gen-ambiente (GxE) siguen siendo un tema polémico en psiquiatría. No es controvertido sugerir que las experiencias de vida afectan a diferentes individuos de diferentes maneras. Sin embargo, los desacuerdos sobre modelos conceptuales, diseños estadísticos y estándares de evidencia para establecer GxE específicos que cristalizaron hace una década siguen sin resolverse.
Dos áreas clave de progreso son la precisión mejorada en las mediciones genéticas, guiadas por estudios de asociación de genoma completo (GWAS) y diseños de estudio refinados que aislan mejor los factores de riesgo ambientales.
Ambos avances, junto con desafíos duraderos, se muestran en el informe de Cleary et al. en este número de la Revista . Cleary et al. informan un análisis de las interacciones entre el riesgo poligénico de depresión y el estrés de la vida en dos estudios de cohortes, el Intern Health Study y el US Health and Retirement Study.
Los autores encontraron que las personas con alto riesgo genético se benefician más de los efectos amortiguadores del apoyo social en el contexto de un factor estresante de la vida y sufren más por su ausencia.
La observación es potencialmente significativa en términos de avanzar en la comprensión de la etiología de la depresión y la biología del riesgo genético y podría tener implicaciones clínicas en la medida en que la responsabilidad genética se incorpore a la práctica clínica.
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