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Actualidad y Artículos | Depresión, Trastornos depresivos   Seguir 66

Artículo | 17/02/2024

El comportamiento sedentario y los síntomas de ansiedad



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La ansiedad es un problema de salud mental común, caracterizado por un exceso de preocupación, miedo e hiperexcitación que puede ser debilitante e interferir con el funcionamiento diario normal. El miedo es un estado de amenaza inmediata y la ansiedad es la anticipación de amenazas futuras. Las personas con síntomas de ansiedad experimentan estas respuestas a desencadenantes internos o externos desproporcionados con respecto al peligro real que representan. Los trastornos de ansiedad tienen una prevalencia mundial generalizada de alrededor del 7, 3 % en adultos y del 6, 5 % en niños y adolescentes.


En conjunto, los trastornos de ansiedad representan la sexta causa principal de discapacidad en todo el mundo y están asociados con complicaciones de salud física a largo plazo, incluidas las enfermedades cardiovasculares y la mortalidad prematura. La mayoría de los síntomas de ansiedad ocurren por primera vez durante la adolescencia y causan alteraciones sustanciales en la vida social, educativa y familiar de los jóvenes y su funcionamiento en la vida posterior.


La identificación de factores de riesgo para los síntomas de ansiedad que son modificables durante la adolescencia es esencial para las estrategias para reducir la prevalencia y la carga de los trastornos de ansiedad. Entre estos factores de riesgo se menciona el comportamiento sedentario, que hace referencia a cualquier actividad de vigilia en una posición sentada, acostada o reclinada con un bajo gasto de energía de ⩽1. 5 equivalentes metabólicos, que son unidades estandarizadas de gasto de energía. Este es directamente modificable mediante el aumento de la actividad física en el día a día.


En la revista Psychological Medicine se ha publicado un estudio que investiga prospectivamente las asociaciones entre el comportamiento sedentario, la actividad ligera y la actividad física de moderada a vigorosa (MVPA) medida en adolescescentes con síntomas de ansiedad con el uso de acelerómetros, que son dispositivos electromecánicos que pueden estimar de manera confiable y continua la actividad en una amplia gama de intensidades a lo largo del día.


Los resultados muestran que un mayor comportamiento sedentario a los 12, 14 y 16 años se asocia con mayores síntomas de ansiedad a los 18 años, y una mayor actividad ligera durante el mismo período se asocia con una disminución de los síntomas de ansiedad. Además, se observó, que una hora de comportamiento sedentario diario durante la adolescencia se asocia de forma independiente con un 16-21 % más de síntomas de ansiedad a los 18 años. Lo que sugiere, que sustituir una hora de comportamiento sedentario diario por actividad ligera durante la adolescencia se asocie a una reducción del 12% al 16% en los síntomas de ansiedad a los 18 años. En consecuencia, en este estudio, se determinó que el comportamiento sedentario es un factor de riesgo establecido para la salud física y también puede ser un factor de riesgo para los síntomas de ansiedad independientemente de la actividad física.


Además, otros estudios recientes han encontrado que interrumpir períodos prolongados de estar sentado con actividades livianas en adultos tiene beneficios para el cerebro y la salud mental; como reducir la fatiga y promover la plasticidad cerebral y el rendimiento cognitivo. Estos beneficios pueden acumularse para reducir el riesgo de desarrollar síntomas de ansiedad. Por tanto, los jóvenes que interrumpen con frecuencia los episodios de estar sentados con la actividad podrían reducir este riesgo sin dejar de tener un nivel de actividad general similar. Debido a que evitar episodios prolongados de comportamiento sedentario mantiene una actividad mitocondrial constante a lo largo del día, lo que reduce el riesgo de disfunción mitocondrial en el cerebro, que conduce a síntomas de ansiedad.


Finalmente, a partir de estos hallazgos podemos determinar que el comportamiento sedentario podría ser un factor de riesgo para los síntomas de ansiedad en los adolescentes que es modificable a través de una actividad ligera. Por tanto, debemos evitar un alto comportamiento sedentario, ya que puede privar algunos de estos posibles beneficios y causar problemas adicionales que aumenten los riesgos para la salud mental, como el aislamiento social o los problemas para dormir, y promover la actividad física, ya que favorece la salud mental a través de varios mecanismos, como estimular la neuroplasticidad o el autoestima. A día de hoy, aún se necesita más investigación para evaluar el impacto diferencial de varios comportamientos sedentarios en los síntomas de ansiedad, pero si algo está claro, y es el mensaje con el que debemos quedarnos, es que, el simple acto de aumentar el movimiento beneficiará a más jóvenes tanto a nivel físico como mental.

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Fuente: Psychological Medicine
Palabras clave: Comportamiento sedentario; actividad física; ansiedad; depresión; adolescencia; niños; prevención
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