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Definición: Término que Sigmund Freud introdujo para denominar a la alteración de la conciencia que se presentaba en los histéricos durante un estrés emocional. Se caracterizaba por ser un estado con una alta sugestionabilidad y producir, por tanto, de síntomas de conversión.
De acuerdo con la clasificación de la Asociación Psiquiátrica Americana (DSM-IV-TR), las alucinaciones auditivas que pueden aparecer en las depresiones psicóticas y en las fases maníacas pueden ser congruentes o no con el estado de ánimo. Existe congruencia cuando hay una pertinencia entre el estado de ánimo y el contenido de la alucinación, así en las depresiones psicóticas los contenidos congruentes deben de estar relacionados con la culpa, la enfermedad, el castigo, la ruina, la muerte, la vergüenza y en la manía con el poder propio, los conocimientos, la riqueza. Los restantes contenidos alucinatorios (persecución, celos, transformación, nihilistas, etc.) no serían congruentes con los estados de ánimo depresivo o maníaco.
Sinónimo: normotímicos, eutimizantes. Fármacos utilizados para prevenir la aparición de episodios de manía y/o depresión. Los principales son el litio, la carbamacepina, el valproato, la lamotrignina, la gabapentina, el topiramato y los neurolépticos atípicos.
Puede manifestarse por medio de un trastorno depresivo, maníaco o mixto. Para el DSM-IV-TR las enfermedades que con más frecuencia provocan este estado de ánimo son las endocrinas (E. Cushing); neurológicas (tumores, Parkinson, Huntington, epilepsia); trastornos inflamatorios (arteritis temporal, artritis reumatoide, lupus eritematoso) e infecciones víricas.
Puede manifestarse por medio de un trastorno depresivo, maniaco o mixto. Para el DSM-TR entre estas sustancias nos encontramos con los antihipertensivos (reserpina, metildopa) y también durante la intoxicación o abstinencia de alcohol, alucinógenos, anfetaminas, cocaína, opiáceos, inhalantes, fenciclidina.
Sinónimo: estados segundos, estrechamiento del campo de la conciencia (C. Vogt). Se llama así cuando hay una reducción cuantitativa y cualitativa del nivel de conciencia, de suerte que el foco no solo abarca un contenido apreciablemente menor que el normal, sino que es seleccionado sistemáticamente (Honorio Delgado). El sujeto procede como
sí fuese un actor que interpreta su papel y que prescinde de su vida personal. Se han distinguido cuatro grados de acuerdo con su ordenación y orientación, de tal forma que en el primer grado la conducta del paciente es aparentemente normal y en el cuarto grado la conducta sería desordenada y desorientada. Los estados crepusculares aparecen de forma brusca. La duración
es variable, normalmente unas horas, no más de quince días. Una vez desaparecido hay una amnesia de lo sucedido. Los principales estados crepusculares son los epilépticos y los psicógenos.