Propósito de la revisión
El aumento de peso relacionado con los psicofármacos es un efecto secundario común que genera gran preocupación tanto entre los médicos como entre los pacientes. Este fenómeno no solo afecta la salud física de los pacientes, sino que también puede influir en la adherencia al tratamiento, ya que el temor a gana...
Propósito de la revisión
El aumento de peso relacionado con los psicofármacos es un efecto secundario común que genera gran preocupación tanto entre los médicos como entre los pacientes. Este fenómeno no solo afecta la salud física de los pacientes, sino que también puede influir en la adherencia al tratamiento, ya que el temor a ganar peso puede llevar a algunos pacientes a discontinuar el uso de medicamentos esenciales para su salud mental.
Estudios recientes y guías de tratamiento apoyan firmemente la adopción de enfoques preventivos y de intervención temprana para abordar el aumento de peso asociado con los psicofármacos. Se considera que la principal vía a través de la cual se produce este aumento de peso es mediante cambios en la conducta alimentaria, que resultan en un incremento de la ingesta calórica.
Hallazgos recientes
Revisiones sistemáticas y metanálisis han proporcionado datos confiables sobre la naturaleza y la prevalencia de las alteraciones en la conducta alimentaria asociadas al uso de psicofármacos. Estas alteraciones incluyen un aumento del apetito, ingestión nocturna de alimentos y episodios de atracones.
Estos cambios en la conducta alimentaria son especialmente evidentes con agentes antipsicóticos como la olanzapina y la clozapina, que son conocidos por su alta propensión a provocar un aumento de peso significativo en los pacientes.
La evidencia recopilada subraya la necesidad de un monitoreo cuidadoso de estos síntomas como parte de un enfoque integral de manejo del peso en pacientes que inician o continúan con tratamiento psicofarmacológico.
Resumen
La alteración de la conducta alimentaria puede servir como un indicador temprano del riesgo de aumento de peso en pacientes bajo tratamiento con psicofármacos.
Dado que estos cambios pueden ser fácilmente detectados en la práctica clínica, su monitoreo regular permite a los médicos tomar medidas preventivas más tempranas. Estas medidas pueden incluir cambios en los tratamientos, como la selección de medicamentos con menor propensión a inducir aumento de peso, así como la implementación de estrategias preventivas tanto farmacológicas como no farmacológicas.
La detección y el manejo temprano de estos cambios en la conducta alimentaria podrían ser clave para minimizar el impacto del aumento de peso en la calidad de vida y en la adherencia al tratamiento, contribuyendo a un enfoque más personalizado y efectivo en el cuidado de la salud mental.
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