Autor/autores:
Harker Roa, Córdoba Flechas, Moya Rodríguez ...(et.al)
Las inversiones de alta calidad durante la primera infancia permiten que los niños alcancen su máximo potencial al sentar las bases del desarrollo. Sin embargo, los desafíos en la ampliación de las intervenciones basadas en evidencia hacen que la implementación general no sea un asunto trivial. Además, las condiciones contextuales extremas -como la violenc...
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Las inversiones de alta calidad durante la primera infancia permiten que los niños alcancen su máximo potencial al sentar las bases del desarrollo. Sin embargo, los desafíos en la ampliación de las intervenciones basadas en evidencia hacen que la implementación general no sea un asunto trivial. Además, las condiciones contextuales extremas -como la violencia comunitaria, el desplazamiento forzado y la pobreza- imponen una doble amenaza.
En primer lugar, al afectar directamente el desarrollo de la primera infancia: el desplazamiento forzado y la exposición a la violencia durante la primera infancia, junto con deficiencias en las relaciones de crianza, pueden desencadenar estrés tóxico, afectando la salud mental y el aprendizaje social y emocional de los niños. En segundo lugar, los contextos de extrema adversidad exacerban los errores comunes de implementación en la ampliación de las intervenciones.
Reconocer y documentar “lo que se necesita” para implementar con éxito “lo que funciona” puede contribuir a la expansión y efectividad de los programas basados en evidencia que promueven el desarrollo de la primera infancia (ECD) en estos entornos. Semillas de apego (SA, en adelante), un modelo de apoyo psicosocial comunitario para cuidadores, se materializó como una estrategia para promover el DIT en comunidades afectadas por la violencia y el desplazamiento forzado.
Este artículo presenta los resultados de la evaluación del proceso de AS durante la implementación 2018-2019 en Tumaco, un municipio azotado por la violencia en la frontera suroeste de Colombia, Sudamérica. En esta fase, el programa llegó a 714 familias, el 82% víctimas directas de la violencia y el 57% desplazadas internas.
La evaluación del proceso combinó enfoques metodológicos cualitativos y cuantitativos. Además de la aceptabilidad y satisfacción general de los participantes, los resultados del análisis cualitativo sugieren varios componentes destacados del programa que promovieron su adopción, idoneidad y viabilidad: una adaptación cultural rigurosa, metodologías de capacitación y selección de equipos bien estructurados, y un equipo protocolo de apoyo y supervisión para proporcionar capacitación continua y prevenir el desgaste profesional (entre otros riesgos laborales comunes entre los profesionales en intervenciones de salud mental y apoyo psicosocial).
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