Es un hecho inquietante que el diagnóstico de esquizofrenia todavía se asocie con un mal pronóstico sobre la calidad de vida y el funcionamiento de la comunidad, y que la esperanza de vida de las personas con este diagnóstico se reduzca en aproximadamente 14. 5 años en comparación con la población general. En las últimas décadas, esto ...
Es un hecho inquietante que el diagnóstico de esquizofrenia todavía se asocie con un mal pronóstico sobre la calidad de vida y el funcionamiento de la comunidad, y que la esperanza de vida de las personas con este diagnóstico se reduzca en aproximadamente 14. 5 años en comparación con la población general. En las últimas décadas, esto ha cambiado muy poco, a pesar de la intensa investigación sobre el desarrollo de fármacos y la terapia psicológica. Esto requiere nuevas ideas sobre la etiología del trastorno para allanar el camino para nuevos enfoques de tratamiento.
Aunque no se discute que la esquizofrenia es altamente heredable, décadas de investigación no han logrado encontrar una respuesta concluyente sobre su biología genética. Uno de los pocos hallazgos replicados es que los genes pertenecientes a la competencia inmunológica juegan un papel importante, particularmente aquellos involucrados en el complejo principal de histocompatibilidad. Tampoco está claro por qué los genes predisponentes han permanecido en el acervo genético, a pesar de su efecto perjudicial sobre la reproducción, lo que convierte a la esquizofrenia en un "enigma evolutivo".
La evidencia acumulada sugiere que algunos casos de esquizofrenia están asociados con una infección latente con Toxoplasma gondii, un agente protozoico que se sabe que afecta a los animales de sangre caliente4. En esencia, los individuos con anticuerpos contra T. gondii tienen un riesgo elevado de 2. 7 veces mayor de esquizofrenia en comparación con los sujetos no afectados, y el riesgo de esquizofrenia asociado con la infección supera con creces el riesgo transmitido por cualquier gen que esté involucrado supuestamente en la etiología del trastorno. A la luz de las cifras que sugieren que alrededor de dos mil millones de personas en todo el mundo están infectadas con T. gondii, y las observaciones de que el riesgo de infección con este agente depende de la composición genética del complejo de histocompatibilidad principal, existe una clara necesidad de estudiar estas asociaciones en mayor detalle.
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