Autor/autores:
Nicholas C. Borgogna y Stephen L. Aita
¿Está muerta la hipótesis de la serotonina? Si es así, ¿cómo responderá la psicología clínica? Durante décadas, los modelos de enfermedad mental, en particular la depresión, se han visto influenciados por la hipótesis de la serotonina (Coppen, 1967; Fakhoury, 2016). Específicamente, esa desregulación...
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¿Está muerta la hipótesis de la serotonina? Si es así, ¿cómo responderá la psicología clínica?
Durante décadas, los modelos de enfermedad mental, en particular la depresión, se han visto influenciados por la hipótesis de la serotonina (Coppen, 1967; Fakhoury, 2016). Específicamente, esa desregulación en el sistema neural de la serotonina es una causa biológica subyacente de los trastornos afectivos.
Este modelo es la principal justificación para la prescripción de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS; por ejemplo, Prozac [Fluoxetina], Zoloft [Sertralina], Lexapro [Escitalopram]). La prescripción de ISRS es extremadamente popular dentro de la psiquiatría moderna, y se estima que el 13 % de las personas que viven en los Estados Unidos han tomado un ISRS en los últimos 30 días (Brody & Gu, 2020).
Las estimaciones mundiales son difíciles de obtener, pero las naciones europeas desarrolladas informan una actividad de prescripción acorde (Abbing-Karahagopian et al. , 2014), con indicadores que sugieren que las prescripciones de ISRS están aumentando en todo el mundo (Chen et al. , 2022; Lockhart & Guthrie, 2011). En particular, las estimaciones sugieren que la industria de los ISRS tendrá un valor de más de $ 15 mil millones (USD) a partir de 2021 (Informe de mercado global de antidepresivos 2021, 2021).
A pesar de la popularidad de los ISRS, ha habido una creciente preocupación por su seguridad, eficacia y la validez de sus mecanismos de cambio. En particular, los ISRS están asociados con una variedad de efectos secundarios que pueden ser particularmente graves, como pensamientos suicidas (Cascade et al. , 2009; Locher et al. , 2017; Wang et al. , 2018; Whittington et al. , 2004). ).
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