Autor/autores:
Jake Linardon , Pim Cuijpers, Per Carlbring...(et.al)
Aunque se han hecho progresos impresionantes hacia el desarrollo de tratamientos psicológicos con respaldo empírico, la realidad sigue siendo que una proporción significativa de personas con problemas de salud mental no reciben estos tratamientos. Encontrar formas de reducir esta brecha de tratamiento es crucial. Dado que las intervenciones de teléfonos inteligentes co...
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Aunque se han hecho progresos impresionantes hacia el desarrollo de tratamientos psicológicos con respaldo empírico, la realidad sigue siendo que una proporción significativa de personas con problemas de salud mental no reciben estos tratamientos. Encontrar formas de reducir esta brecha de tratamiento es crucial.
Dado que las intervenciones de teléfonos inteligentes compatibles con la aplicación se promocionan como una posible solución, se necesita acceso a una guía actualizada sobre la base de evidencia y la utilidad clínica de estas intervenciones.
Realizamos un metanálisis de 66 ensayos controlados aleatorios de intervenciones de teléfonos inteligentes compatibles con aplicaciones para problemas de salud mental. Las intervenciones con teléfonos inteligentes superaron significativamente las condiciones de control en la mejora de los síntomas depresivos (g = 0. 28, n = 54) y ansiedad generalizada (g = 0. 30, n = 39), niveles de estrés (g = 0. 35, n = 27), calidad de vida (g = 0. 35, n = 43), angustia psiquiátrica general (g = 0. 40, n = 12), síntomas de ansiedad social (g = 0. 58, n = 6) y afecto positivo (g = 0. 44, n = 6), siendo la mayoría de los efectos robusto incluso después de ajustar por varios factores de sesgo posibles (tipo de condición de control, clasificación de riesgo de sesgo).
Las intervenciones con teléfonos inteligentes no otorgaron ningún beneficio significativo sobre las condiciones de control en los síntomas de pánico (g = –0. 05, n = 3), síntomas de estrés postraumático (g = 0. 18, n = 4) y afecto negativo (g = –0. 08, n = 5 )
Los estudios que proporcionaron una aplicación basada en la terapia cognitiva conductual (TCC) y ofrecieron orientación profesional y recordatorios para participar produjeron efectos más grandes en múltiples resultados.
Las intervenciones con teléfonos inteligentes no difirieron significativamente de las intervenciones activas (cara a cara, tratamiento computarizado), aunque el número de estudios fue bajo (n≤13). De este modo, se confirmó la eficacia de las intervenciones con teléfonos inteligentes compatibles con aplicaciones para problemas comunes de salud mental.
Aunque las aplicaciones de salud mental no están destinadas a reemplazar los servicios clínicos profesionales, los hallazgos actuales destacan el potencial de las aplicaciones para servir como una intervención rentable, de fácil acceso y de baja intensidad para aquellos que no pueden recibir el tratamiento psicológico estándar.
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