El borrador de la nueva ley trans, al que ha tenido acceso Redacción Médica, excluye por primera vez la necesidad de que exista un informe médico para el cambio de sexo. Se trata de un paso más, el definitivo, para despatologización de las identidades trans que tanto estos colectivos como los organismos internacionales llevan años pidiendo.
Algo que entidades médicas, como la Sociedad Española de psiquiatría (SEP), venían pidiendo. Su presidente, Celso Arango, recuerda "que muchas personas trans tienen trastornos mentales". Pero no porque la transexualidad lo sea, sino por la falta de comprensión, el estrés y el estigma que sufren.
"Lo que hay que hacer ahí bien es un diagnóstico diferencial y tiene que haber un profesional. Pero no para el cambio de sexo, sino para asegurarnos de que no sea un caso con un trastorno mental detrás. Además hay personas trans que, como consecuencia del rechazo y no como causa, pueden tener trastornos mentales. Y los sufren más que la población general. Eso no significa que la transexualidad sea una patología psiquiátrica per se", afirma el psiquiatra.
Para la elaboración del texto preliminar desarrollado por el Ministerio de Sanidad no se ha tenido en cuenta a los médicos, según asegura a Redacción Médica la vicepresidenta segunda del Consejo General de Médicos (OMC), Manuela García, quien se muestra cauta antes de emitir un juicio de valor. “Tenemos que sentarnos a valorarlo, ya que no tenemos una postura clara. Lo analizaremos e intentaremos proteger la salud de la población. A priori no tenemos una aportación que hacer al texto, pero primero tenemos que hacer uan revisión calmada”, comenta.
Para García, lo más importante desde el punto de vista científico y médico es ver dónde queda la seguridad de la persona y de la sociedad. “Cualquier persona que toma decisiones como cambiar de sexo y enfrentarse a cirugías u otras terapias tiene que estar muy bien informada y recibir la valoración de un médico”, explica.
A nivel internacional apuestan por eliminar trabas legales
El texto hace referencia a la úndecima revisón de la clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial (CIE-11) de 2018, que eliminó todas las categorías relacionadas con las personas trans del capítulo sobre trastornos mentales y del comportamiento, lo que supone el aval definitivo a la despatologización de las identidades trans.
También señalan que en el ámbito de Naciones Unidas, el Experto Independiente sobre orientación sexual e identidad de género "se ha pronunciado en numerosas ocasiones sobre la necesidad de eliminar todos los trámites y exigencias legales que impliquen tratar a las personas trans como enfermas". Y, en el mismo sentido, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa recomienda a los estados eliminar la obligatoriedad de los tratamientos médicos o diagnósticos de salud mental como requisitos legales necesarios para reconocer la identidad de género de una persona.
Avances previos a nivel nacional
A nivel nacional, el Tribunal Supremo ha desarrollado una línea jurisprudencial en la que, dando prevalencia en la determinación del género a los factores psicosociales, dejó de exigir la operación quirúrgica de reasignación sexual para admitir la rectificación de las menciones de sexo y nombre en el registro civil.
También ha habido avances a nivel legislativo: "No obstante, el transcurso del tiempo y la experiencia en la aplicación de la normativa han puesto de manifiesto carencias que impiden que el marco estatal de protección de los derechos de las personas trans dé cumplimiento con la debida diligencia a los estándares internacionales de protección de los derechos humanos".
Diferencias entre comunidades autónomas
Pero no en todas las comunidades autónomas va a tener el mismo efecto. La psicóloga Nuria Asenjo trabaja en la Unidad de identidad de Género del hospital Ramón y Cajal, que lleva en funcionamiento desde mayo de 2007. Explica que en su caso estaban emitiendo informes pero no de diagnóstico, sino "descriptivos, a demanda de los pacientes". "Hacíamos un histórico sobre desde cuándo llevaban en la unidad y cuál había sido su proceso. Eso es lo que estaban entregando en el registro", explica a Redacción Médica.
Afirma que en los últimos años se ha avanzado en la despatologización. "No se hacía un informe de diagnóstico, por lo que no hay mucho cambio en ese sentido. Sí lo hay más para casos que puedan ser dudosos, que no hayan iniciado el proceso en ningún centro especializado o con profesionales formados en identidad de género. En esos casos, puede que surjan más problemas porque lo mismo no tienen claro su proceso y su transición. Pero para alguien que tenga claro su proceso y su transición, no debería haber problemas por el tema de la autoderminación", señala. También cree que supondrá un cambio para las personas con identidad no binaria, que optan por un cambio de nombre sin necesidad de decantarse por un género ni de someterse a ningún cambio hormonal o quirúrgico.
En su Unidad ven que más de un 90 por ciento de las personas eligen el acompañamiento psicológico, por eso cree que debería seguir siendo una opción. Recuerda que no es un requisito obligatorio en la Comunidad de Madrid, que cuenta con una ley que regula este tema desde el 2016 y que, en su opinión, es "bastante parecida" a la que prepara Igualdad. En otras comunidades autónomas, opina, la normativa sí supondrá un antes y un después.