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Acatisia asociada a síndrome de piernas inquietas tras tratamiento con ISRS, y mantenido tras retirada del tratamiento. A propósito de un caso.

Autor/autores: Rocío Torrecilla Olavarrieta
Fecha Publicación: 01/03/2013
Área temática: Tratamientos .
Tipo de trabajo:  Póster

RESUMEN

La acatisia es un síndrome de inquietud motora generalmente asociado con anti psicóticos, aunque también puede ser producida por ISRS. Se estima una prevalencia entre los consumidores psicofármacos en torno al 10 y el 20%. Su fisiopatología es bastante desconocida y se relaciona con la hipótesis del antagonismo dopaminergico en las vías mesolimbicas y mesocorticales Se caracteriza por una experiencia subjetiva de desasosiego interno, intranquilidad mental o disforia, la incapacidad para mantenerse centrado o la necesidad irresistible de moverse y, por el contrario, empeoramiento del malestar cuando intenta quedarse quieto. La acatisia puede ser difícil de distinguir de la agitación psicótica o de la ansiedad. El síndrome de piernas inquietas es un desorden sensitivo motor primario caracterizado por una fuerte irreversible urgencia en mover las piernas. En avanzados niveles, la urgencia puede incluir otras partes del cuerpo. Aunque en fases iniciales este movimiento de piernas se sucede sobre todo por la noche, conforme avanza el desorden los movimientos periódicos pueden sucederse en vigilia. Se estima que es una patología frecuente pero aún sub diagnosticada reportándose los últimos años una prevalencia entre delitos con cinco y el 15%.

Se desconoce su fisiopatología, aunque probablemente sea el resultado de una compleja interacción entre diferentes mecanismos: la herencia, el sistema dopamina se y el hierro sérico. Presentamos el caso de una mujer de 45 años diagnosticada hace dos, de trastorno de ansiedad Generalizada (TAG) (CIE 10, F41. 2), en tratamiento con ISRS y benzodiacepinas con una evolución tórpida, que al añadir anti psicóticos (APS) atípicos como coadyuvante a dosis bajas, presenta un empeoramiento de la clínica basal desarrolla un síndrome de piernas inquietas. Tras la revaluación del caso, se advierte que gran parte de los síntomas considerados como ansiosos, están producidos por una acatisia, por lo que se retiran ISRS y APS. A pesar de esta retirada y del inicio del tratamiento con betabloqueantes, anti colínérgicos, benzodiacepinas anticonvulsivantes y hierro, tanto la acatisia como el síndrome de piernas inquietas permanecen resistentes al tratamiento Según recientes estudios clínicos los agonistas del receptor dopamina no derivados ergotaminicos como el Ropirinol, han demostrado una mejoría significativa en la severidad del síndrome de piernas inquietas. Dado que la hipótesis fisiopatológica de ambos trastornos gira en torno a la dopamina, decidimos instaurar tratamiento Ropirinol a 0. 25 mg/8h, subiendo progresivamente hasta 1mg día, desapareciendo completamente tanto los síntomas producidos por el síndrome de piernas inquietas como por la acatisia, y encontrándose la paciente tras tres meses de seguimiento completamente asintomática. A pesar de generalizada incidencia y morbilidad, ambos trastornos continúan siendo reconocidos y por tanto parcialmente tratados, aunque se dispone de estrategias terapéuticas muy efectivas. Se debe sospechar en todos los grupos de edad, no vincularlo exclusivamente al uso de APS y considerar su manejo en todo aquel paciente donde su calidad de vida y su rendimiento diario se vea afectada.

Palabras clave: acatisia, inquietud motora,


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Susana Herrera Caballero ( FEA psiquiatria) Maria Nieves Garcia Recio ( MIR psiquiatría) Rocio Torrecilla Olavarrieta ( MIR psiquiatría).

Servicio Andaluz de Salud

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