El teletrabajo ha llegado para quedarse. Es cierto que muchas empresas y organizaciones ya tenían esta fórmula laboral totalmente integrada en sus estructuras, pero la actual crisis generada por la amenaza del coronavirus ha hecho que otras muchas hayan tenido que, o bien adaptarse a la nueva situación en tiempo récord, o bien hayan tomado conciencia de que no solo es una alternativa sino que puede ser una opción práctica y eficiente. Sin embargo, el especialista en psicología del trabajo y «motivational speaker» José Miguel Sánchez, considera que aún quedan pendientes muchos retos por resolver para lograr que el teletrabajo sea realmente eficiente tanto para las empresas como para los trabajadores. Para estos últimos, el experto propone estas seis claves para evitar el agotamiento, la desorganización y el estrés y para mejorar la optimización del teletrabajo:
1. Mantener los horarios habituales
Es importante, tal como afirma, despertarte a la hora de siempre y preservar los mismos hábitos que si se fuera a trabajar fuera de casa. «Puedes tener la flexibilidad de incluir el tiempo de transporte en tiempo de sueño o puedes utilizarlo para hacer deporte antes de comenzar a trabajar», matiza.
2. Fijar los objetivos
Establecer los objetivos que se quiere conseguir en la jornada es fundamental para ser eficiente. En este sentido, el experto insiste en la importancia de ser realista con ellos de modo que sea posible alcanzar cada día el 80% o más de lo que nos hayamos fijado.
3. Marcar una rutina de trabajo
Es importante definir un horario con las actividades que vamos a llevar a cabo durante el día, en el que se incluya no solo el trabajo personal, sino también las reuniones, las presentaciones, las llamadas o las comunicaciones.
4. Incluir el descanso y el ocio en la jornada
Es necesario hacer paradas para descansar. Cada 40-50 minutos de trabajo intelectual efectivo, sería bueno hacer una parada. En el caso de que se mantenga reuniones virtuales, sería aconsejable, en la medida en la que resultase posible, hacer un receso cada hora y media o dos horas porque eso permitirá evitar la dispersión y el agotamiento del cerebro.
Igualmente es clave dejar momentos en la jornada para hacer aquello que nos gusta: «hobbies», deporte o ejercicios en casa, compartir momentos con la pareja o los hijos e incluso hablar con amigos usando la tecnología que tenemos a nuestro alcance.
5. Conocer nuestros biorritmos
No tenemos la misma energía, ni la misma concentración ni el mismo ánimo a lo largo de las distintas etapas del día. Por eso el experto recomienda realizar las tareas que menos nos gustan cuando nos encontremos mejor y realizar las que más agradables nos resultan cuando nuestro rendimiento tienda a ser más bajo, por cansancio o acumulación.
6. Gestiona las emociones
También es relevante que seamos conscientes y prestemos atención a nuestros estados de ánimo, que nos llevarán a tener diferentes emociones. «Mantener un estado de ánimo positivo hará que generemos emociones que nos beneficien y aumenten nuestro rendimiento», propone José Miguel Sánchez.
Remolonear en la cama puede llevar a no cumplir los horarios
Errores que pueden llevarnos a trabajar más horas o incluso a sufrir estrés
Hábitos tan simples como quitarte el pijama, darte una ducha y desayunar bien para afrontar la jornada son más importantes de lo que parece para comenzar bien el día de trabajo.
Según explica el experto, si la persona no se prepara la jornada laboral ni se fija unos objetivos que debe conseguir en el día, será más difícil que acabe el día con la sensación de que ha hecho bien su trabajo.
Para organizarse mejor, el experto propone fijar un tiempo de realización (o duración establecida) para cada tarea. La idea es que no podemos dedicar más de lo que corresponda a cada una de ellas porque hacerlo podría interferir directamente con la eficiencia. «Es importante no caer en la impulsividad o en anticipar pensamientos o situaciones negativas que nos lleven a emociones perjudiciales que nos secuestren y nos mantengan en un estrés continuo que disminuya el rendimiento», aconseja.
Otra cuestión útil será indagar previamente las diferentes opciones tecnológicas y prácticas que permitan optimizar el tiempo y las tareas: subir documentos o fotografías, compartir escritorios, comunicaciones con el equipo. . .
De hecho, uno de los grandes enemigos de la eficiencia en el trabajo es procrastinar. «Como tenemos más tiempo del habitual, podemos ir dejando tareas para después hasta que llega un momento en el que se nos acumulan tantas que no podemos con ellas. Y eso es lo que nos puede generar un estrés no esperado», argumenta Sánchez.
Cómo hacer compatible el teletrabajo con el confinamiento
Y ahora debemos contextualizar, pues en el momento actual muchas familias permanecen en su casa confinadas debido a la amenaza del Covid-19, de modo que algunas personas se ven en la necesidad de compatibilizar su labor como trabajadores con su papel como padres, madres, parejas o cuidadores (mayores, dependientes, mascotas. . . ).
En este contexto y, aunque el experto explica que es importante tener claro que la situación es temporal, su consejo es promover la organización del núcleo familiar para sacar lo máximo de cada uno, evitando todo lo posible las rencillas, disputas o conflictos entre los miembros.
Con los niños. Según propone, es importante que tengan rutinas de trabajo establecidas donde puedan llevar a cabo sus actividades escolares. «Cuando sea posible, se puede dejar que trabajen con nosotros , porque a ellos les gusta imitarnos y ésta puede ser una buena ocasión para que lo hagan», comenta.
Con los jóvenes y adolescentes. En su opinión, hay que implicarles en la creación de los horarios y actividades, así como tenerles informados y hacerles parte de todo el proceso y, por supuesto, que se sientan parte de la conclusión con éxito para la familia de esta situación de aislamiento.
Con la pareja. «Ha llegado el momento de ser más comprensivos, más empáticos y de entender que el entorno puede entorpecer la comunicación», anuncia. Por tanto, el experto recomienda estar más atentos para dar más espacio a la otra persona y hacer una escucha profunda de lo que nos está diciendo y de lo que nos comunica sin palabras (comunicación no verbal).
horario orientativo
7-8 horas al día para dormir y descansar.
8 horas dedicadas al trabajo
½ hora - 1 hora a la actividad física diaria (en casa).
½ hora a la tranquilidad o desconexión (meditación o descanso sin pantallas)
2-3 horas dedicados a la familia (pareja, hijos. . . )
1 hora para los hobbies (series, leer, pintura, música. . ). Mejor compartidos, claro.
Y el resto, se dedicaría a las tareas de cocinado, orden y organización de la casa y las comidas. . .