La enfermedad de Alzheimer es un importante problema de salud pública por muchas razones. Es una enfermedad muy extendida, afecta a nivel mundial a unos 50 millones de personas, de las cuales alrededor del 60% viven en países de ingresos bajos y medios. Cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos. Se calcula que entre un 5% y un 8% de la población general de 60 años o más sufrirá demencia en un determinado momento. Alzheimer Disease International (ADI) estimó que hay más de 50 millones de personas que viven con demencia en todo el mundo, una cifra que aumentará a 152 millones para 2050. En México, es el tipo de demencia más frecuente y actualmente se conoce que existe una prevalencia del 7. 3% y una incidencia de 27. 3 (1000 personas/año) de la población adulta mayor mexicana para la EA y cuya frecuencia va en aumento, sobre todo por el envejecimiento de la población. Es una enfermedad con consecuencias dramáticas para el paciente y quienes lo rodean. Actualmente, aproximadamente 9, 7 millones de personas padecen demencia en Europa (fuente Alzheimer Europe). Como recordatorio, la demencia es un síndrome causado por importantes trastornos cognitivos que conducen a la pérdida de autonomía. La enfermedad de Alzheimer representa aproximadamente el 70% de estos casos, o 6, 8 millones de personas. 2 de cada 3 pacientes son mujeres. Se espera que el número de personas enfermas se duplique para 2050.
Es una enfermedad costosa el gasto mundial total estimado en demencia fue aproximadamente de US $808. 000 millones, lo cual corresponde al 1, 0% del producto interno bruto (PIB) agregado a nivel mundial. En los países de ingresos altos la atención informal (45%) y la atención formal (40%) representan la mayoría de los costos, mientras que la contribución proporcional del costo médico directo (15%) es mucho menor. En los países de ingresos bajos y medianos los costos sociales directos son pequeños y predominan los costos de los cuidados informales.
En los países latinoamericanos aproximadamente:
· el costo directo es de 4. 943dólares anuales por paciente
· el costo social es de 8. 974dólares anuales por paciente
· el costo total es de 13. 917 dólares anuales por paciente.
Es una enfermedad sobre la que se puede actuar tanto con medicación como con el apoyo de los cuidadores. Es una enfermedad ignorada, subdiagnosticada, submedicalizada, lo que expone a los individuos a un acceso desigual a la atención. Por lo tanto, la enfermedad de Alzheimer cumple todos los criterios de un problema importante de salud pública. Sin embargo, aún no está clasificado como una prioridad de salud pública por las autoridades sanitarias, lo que es la condición necesaria para que se movilicen recursos para una mejor atención, aunque ahora se empieza a tomar conciencia.
Nos llama la atención una sorprendente correspondencia entre la desvinculación psíquica, que caracteriza a esta patología, y la desvinculación cerebral, descubierta recientemente en la enfermedad de Alzheimer. El desligamiento psíquico, que afecta en esta demencia los vínculos, los límites y los contenidos, no se encuentra en la vejez. En la última etapa de la vida, si, hay indiscutiblemente problemas de memoria, en particular olvidos de nombres propios; se trata sobre todo de dificultades para recuperar representaciones de palabras aunque estas permanezcan (estas representaciones: palabras se pueden encontrar más tarde, en otro contexto, o reconocimiento cuando lo habla alguien). Por lo tanto, es el vínculo el que a veces falla o se debilita primero, el contenido (las representaciones) no se borra definitivamente, ya que generalmente permanece. En el Alzheimer son los enlaces, los límites y los contenidos los que se muestran gravemente dañados. Y la investigación neurobiológica ha demostrado la destrucción progresiva de las asociaciones cerebrales o la comunicación interneuronal que da como resultado la muerte de las neuronas. Además, no existe una localización exclusiva de la memoria ni desde el punto de vista neurológico (la memoria no se reduce al hipocampo) ni desde el punto de vista psíquico (el aparato psíquico no oculta un centro específico de la memoria, el inconsciente o el preconsciente – ambos de los cuales pueden actuar con la ayuda de la percepción interna).
La plasticidad cerebral que a nuestro juicio, es indisociable de la plasticidad psíquica; es allí además donde habríamos que aportar investigación, así como en el entorno favorable, del que poco se hace mención y posee un peso capital, tanto sobre el aparato psíquico, como sobre el aparato neural; Si estimulamos nuestro cerebro, podemos avanzar en edad con un cerebro relativamente joven.
También plantearemos otros problemas y es deseable que se reformulen los conceptos y enfoques de la enfermedad de Alzheimer:
1. ¿Cómo concebir una enfermedad cuyas lesiones no siempre se correlacionan con pérdida cognitiva?
2. ¿Cómo conciliar también el imperativo de tratar la enfermedad lo antes posible, con la idea de que en una etapa temprana no existe la realidad de la enfermedad en el sentido en que la entendemos habitualmente?
3. ¿Cómo hablar de estas personas que no manifiestan ninguna queja pero en las que se identifican las lesiones características de la enfermedad de Alzheimer, o una predisposición genética?
4. ¿Son estas personas "de riesgo", "pacientes en formación" o ya consideradas como tales y por lo tanto justificando un seguimiento médico?
5. ¿La respuesta farmacológica dirigida al tratamiento de las lesiones debe seguir siendo la respuesta inmediata más aceptable en una estrategia de investigación, ya que otras intervenciones, con finalidad preventiva o compensatoria, podrían parecer justificadas, o incluso más relevantes y eficaces?
6. ¿En qué deben consistir los protocolos de atención ?
La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa compleja que provoca una disfunción de las conexiones entre las neuronas. Entenderlo mejor, estudiar su evolución, identificar sus causas y factores de riesgo, son elementos fundamentales en el desarrollo de tratamientos eficaces.
Este simposio será una oportunidad para debatir los grandes temas, a veces los más delicados, de la investigación actual desarrollada sobre la enfermedad de Alzheimer e identificar líneas de actuación adaptadas a la complejidad de las circunstancias en un enfoque transdisciplinar.
